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domingo,
17 de
septiembre de
2006 |
La Hiena volvió a perder
Guzmán lo venció en fallo dividido y se quedó sin la chance de ser retador
El púgil bonaerense Jorge La Hiena Barrios cayó anoche por puntos en doce asaltos, en fallo dividido, frente al dominicano Joan Guzmán, quien de esta manera se adjudicó el título del mundo de boxeo de la división superpluma que el bonaerense había perdido el viernes por exceso en el pesaje.
El invicto Guzmán, de esta manera, se quedó con el cetro OMB superpluma, en el combate celebrado en el hotel MGM de la ciudad de Las Vegas.
Barrios, que anoche debía defender su corona, se excedió en los dos pesajes reglamentarios y perdió el título debajo del ring. Un verdadero papelón. De este modo, el púgil de Tigre se convirtió en el primer pugilista argentino en perder el título mundial en la balanza. No obstante, y como para que no todo sea un desatino, si ganaba anoche ante el dominicano Joan Guzmán, se convertiría en el retador obligado de la categoría ligero de la OMB, pero como perdió se quedó con las manos vacías.
"No todo estaba perdido. Si bien a La Hiena le sacaron el título por no dar el peso, no fue porque no estaba entrenado. Luis Pérez, el veedor de la OMB en la pelea y encargado de los ránking mundiales, y el promotor Mario Arano me explicaron que no puede bajar más, no da más la categoría", dijo Jorge Molina, vicepresidente de la OMB.
La noticia sorprendió a todos, pero no al equipo del argentino que preveía que sería muy difícil que pueda dar el peso para la categoría (58,967 kilos). La algarabía que lo caracterizó en los días previos se convirtió en risas nerviosas, aunque era común que La Hiena llegaba al pesaje con lo justo. La diferencia es que anteriormente nunca había fallado.
El viernes comenzó el periplo para eliminar peso. El sauna y el gimnasio no fueron suficientes y el boxeador llegó a la balanza sabiendo que todo estaba perdido.
Su contrincante dio el peso justo. Barrios subió a la báscula desnudo, pero igual estaba 900 gramos por encima de lo reglamentario. Tenía dos horas para presentarse al definitivo pesaje. Pero sólo bajó 150 gramos.
La derrota estaba decretada, el nocaut pegó duro. Más duro que nunca. Y será tristemente recordado por siempre. Por eso, el llanto de La Hiena fue incesante, casi como un niño desconsolado.
Seguramente, Barrios tendrá otra chance por el título más allá del golpe de este fin de semana. Volverá al ring a buscar otra hazaña, pero la desazón y la pena son impostergables. El había vivido el sabor de ganar de esta manera (ante Mike Anchondo), ahora lo sufrió en carne propia.
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Barrios tampoco pudo arriba del ring.
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