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domingo,
17 de
septiembre de
2006 |
Argentino ganó y da pelea
Elbio Evangeliste / La Capital
Partido de local, un cuerpo técnico nuevo siguiendo de cerca el encuentro desde la platea, en juego tres puntos cruciales para seguir prendido en la pelea. En fin, 90 minutos con varios ingredientes importantes. Por eso el triunfo (2-1) ante Cañuelas cotizó en alza, más aún si el análisis se hace extensivo a la leve mejoría (pero mejoría en fin) que el equipo (ayer dirigido por Angel Riszutto) mostró desde lo futbolístico.
La nueva etapa que comenzará a partir de mañana con la asunción del Puma Rodríguez tendrá el mejor sabor y color. Y parte de eso se debe a la decisión que Argentino mostró ni bien la pelota empezó a rodar, con la sana intención de hacer circular el balón a ras del piso. Encima el gol de Balbuena llegó a los 2', producto de una buena combinación entre Cabrol y Sandro Sánchez.
Igualmente al albo no le fue sencillo mantener el nivel de juego y el resultado. Si bien Sandro Sánchez y el propio Cabrol tuvieron la chance de marcar presencia en la red, del otro lado Denis Roberts fue protagonista de un par de revolcones interesantes. Donde nada pudo hacer el arquero salaíto fue tras el remate de Flores, a los 38', que se desvió en Inza.
Desde ese momento todo fue más parejo. Es más, el albo pareció perder con la salida de Módica, ya que Irusta, que después mejoró mucho, se mostró algo errático en los primeros minutos del complemento. Pero de a poco fueron apareciendo otras virtudes, como la presencia de Stagnari para despejar todo (y algo más) lo que llegaba al área de Argentino, y la sapiencia de Cabrol, quien de a poco va evidenciando una mayor adaptabilidad a la categoría y, lo que es más importante, hacia sus propios compañeros.
Para fortuna de Argentino, Mendoza no preocupó tanto como lo había hecho en el primer tiempo, aunque la balanza terminó inclinándose gracias a la búsqueda prolija -aunque sin tanto brillo- del salaíto y a un grosero error del arquero Barrera (falló cuando salió a cortar un centro), a los 33', que terminó con el zurdazo a quemarropa de Stagnari.
Después de eso todo corrió por cuenta de la solidez defensiva y la pausa e inteligencia que Cabrol metió en los momentos clave. El único sofocón fue a pocos minutos del final cuando Mendoza se filtró por el centro y remató de zurda apenas desviado.
La tarde en el Olaeta no trasmitió brillantez, pero sirvió para hacer que la fusión del presente con el futuro inmediato arrojara un saldo positivo. Los tres puntos que empujan desde lo numérico, el peldaño escalado desde lo futbolístico y el plafón que todo esto brinda de cara al nuevo ciclo que arrancará en un puñado de horas dan fe de ello.
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Fotos
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Cabrol se esfuerza ante la marca de Sablich.
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