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 domingo, 17 de septiembre de 2006  
Tiro no pudo con el arquero de Talleres y empató

Javier Parenti / La Capital

Un Pozo le complicó la tarde a Tiro Federal: Diego, el arquero de Talleres. Le ahogó siete remates con destino de gol, la mitad de ellos con atajadas bárbaras. Sin embargo, no puede decirse que los Tigres fueron una tromba, dominantes absolutos del juego, aunque sin dudas merecieron el triunfo y no el 1-1 final con una T tibiecita.

Más porque se vio obligado a levantar un 0-1 que a los cordobeses les llegó de regalo, por un penal que Guidoni creyó real ante la actuación de Bustamante, lejos de su ubicación, allá en el borde derecho del área.

La bronca duró apenas unos minutos, los que pasaron de la conquista de Ceballos (besó la base del palo derecho y entró) al empate de Vilce, que arremetió por el centro del área para aprovechar la peinada de Bressán tras un tiro libre.

A esa altura a Tiro no le quedaban delanteros netos. El técnico prescindió de Perezlindo (a los 59' puso al mediapunta Sáez) y estuvo bien. En cambio, no se entendió el reemplazo de Bianchi con veinte minutos por delante porque estaba activo y el equipo necesitaba potencia arriba. Por eso, tras el 1-1, se valió más del empuje que de la presencia ofensiva y sólo pudo desnivelar en un desprendimiento de Vilce que milagrosamente tapó Pozo en tiempo de descuento.

En el reparto de puntos el arquero cordobés se ganó el 9 y los palos de su arco hicieron el resto, claro que en parte por la falta de justeza de los dueños de casa, como sucedió en dos disparos de Perezlindo (54') y Sáez (68').

Por propuesta ganó Tiro y por eso se lució el arquero. Le descolgó un remate a Bianchi (14'), un cabezazo a Perezlindo (42'), otro a Barrionuevo junto al palo derecho (53'), a un nuevo intento del diez (55'), desvió un disparo de lejos de Penta (66'), una atajada bárbara ahógandole el grito a Sáez (70') y aquella última a Vilce (92').

¿Talleres? Sólo buscó aprovechar cada descuido local y se encontró con un seguro Silvonei, que tapó con mano cambiada un remate de Ceballos y no se dejó sorprender cuando Valenti se la picó, siempre en la etapa inicial.

Como sea, el equipo de barrio Ludueña volvió a dejar escapar los tres puntos de su casa, sigue en deuda con su imagen como conjunto y está muy lejos de ser protagonista en el torneo.

¿Puede más? ¿Tiene con qué? Todo hace suponer que sí, por eso se le exige.

¿Lo logrará? Esa es la gran incógnita, encima, se vienen paradas difíciles: San Martín (en Tucumán) y Platense (en Ludueña). Ahí se verá si a la recta final del Apertura la transitará con altura o sumido en altibajos, como lo muestra en este presente en la zona baja de las posiciones.
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Perezlindo no puede creer la pelota que sacó Pozo.

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