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domingo,
17 de
septiembre de
2006 |
Sacudón en la política
petrolera de Evo Morales
tras la crisis con Brasil
Empresarios y dirigentes opositores bolivianos esperan un viraje en el proceso de nacionalización
La Paz. - Dirigentes opositores y empresarios bolivianos esperan un giro en la política de nacionalización de los hidrocarburos, tras la renuncia del ministro del sector Andrés Soliz por un conflicto con la brasileña Petrobras que ha sacudido al gobierno del presidente Evo Morales. "Creemos que la nacionalización debe continuar, pero de una forma más realista y prescindir de la relación con Brasil no es realista", dijo el jefe del partido Unidad Nacional, Samuel Doria Medina. El reto hacia adelante es "generar condiciones" para que retornen las inversiones, señaló el presidente de la Cámara de Industria y Comercio de Santa Cruz, Gabriel Dabdoub.
A su vez, el principal partido opositor de Bolivia, Podemos, criticó al gobierno por actuar de forma "errática, improvisada y torpe" en el manejo del proceso de nacionalización de los hidrocarburos y lo acusó de maltratar a algunos inversores como la petrolera brasileña Petrobras.
Soliz renunció el viernes por aparentes discrepancias con el gobierno, que decidió suspender una resolución suya firmada el miércoles último que otorgaba a la petrolera estatal YPFB el control pleno del mercado interno de carburantes y gas licuado, en desmedro de los negocios de refinación controlados hasta ahora por Petrobras.
Marcha atrás
Tras fuertes protestas de Petrobras y de Brasil, el gobierno boliviano decidió "congelar" la aplicación de esa resolución, 24 horas después. Eso habría motivado la renuncia de Soliz, quien fue sustituido en el cargo por el economista de izquierda, Carlos Villegas, quien hasta el viernes se desempeñaba como ministro de Planificación del Desarrollo.
Soliz fue el hombre fuerte de la nacionalización, era considerado de línea dura y buscaba expropiar las acciones de las empresas petroleras que pertenecían al Estado hasta 1995. En su carta de renuncia, señaló que "si bien no logramos incluir en el decreto del 1º de mayo la expropiación de las acciones necesarias de Chaco, Andina y Transredes, a fin de que YPFB (Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos) controle de inmediato el 50% más uno del paquete accionario de las mismas, conseguimos que por lo menos la empresa estatal esté representada, aunque minoritariamente en sus directorios".
Chaco está asociada a la British Petroleum, Andina es subsidiaria de Repsol YPF y Transredes depende de la anglo-holandesa Shell y de un consorcio resultante de la quebrada Enron, estadounidense. El Estado boliviano debe negociar con esas empresas la compra de su paquete accionario o en su caso expropiarlo. También debe negociar la compra de dos refinerías que le vendió a Petrobras en 1992.
El analista político Carlos Cordero dijo que no cree que vaya a cambiar el objetivo de la nacionalización, que es "recuperar la propiedad de los hidrocarburos para el Estado", pero la salida de Soliz implica "un replanteo del escenario de negociación con las petroleras" para salvar la política hidrocarburífera de Morales.
Tras la crisis quedó en duda si el gobierno podrá concluir negociaciones a fines de octubre para firmar nuevos contratos con las petroleras bajo las reglas de la nacionalización. El recién designado ministro de Hidrocarburos, Carlos Villegas, dijo ayer que continuará con el proceso de nacionalización del sector petrolero y que respetará el cronograma que dispone que las firmas que operan en el país tienen hasta inicios de octubre para renegociar sus contratos.
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Fotos
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El nuevo ministro de Hidrocarburos (derecha) tras el alejamiento de Andrés Soliz.
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