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 domingo, 17 de septiembre de 2006  
Astrología: el alma de las plantas

La astrología es una concepción del mundo, un vasto sistema filosófico, un saber arquetípico y ancestral. Para comprenderla no se la puede abordar con una mirada racional y moderna, su saber está en la esencia espiritual del hombre. Se trata de la doctrina de la inserción del hombre en la totalidad del cosmos; es decir que el hombre es concebido como parte del todo, y el cosmos como arquetipo de la figura humana. El hombre gigantesco (macrocosmos, universo) envuelve al hombre pequeño o microcosmos. La astrología se basa en la premisa de "ser uno con todo lo que existe".

La ley de correspondencia universal es uno de sus fundamentos: "Lo que está más arriba es como lo que está más abajo", dice la Tabla de Esmeralda, un antiquísimo documento esotérico. Rastreando en sus orígenes, se encuentra que las primeras pruebas documentales de lo que fue esa mezcla de astronomía, matemáticas y mitología aparecieron hacia el 1600 a.C.

Los griegos cultos del siglos IV y III recibieron la astrología y la astronomía babilónicas al mismo tiempo y la desarrollaron, usando el nombre de astrología para ambas. La distribución de los 12 signos se hizo en Egipto, en la ciudad de Alejandría. Los griegos heredaron de esa ciudad algunos aspectos del pensamiento egipcio que incorporaron al pensamiento astrológico. Sin embargo, todas las obras que se conocen relacionadas con la astrología fueron escritas por los griegos helenísticos a partir del siglo III a. C. La astrología tal como se conoce, fue creación de los griegos helenísticos; muchos fueron alejandrinos con una marcada influencia egipcia.


Estrellas terrestres
La relación de las plantas con los cuerpos celestes provino probablemente de la medicina astrológica, apoyada en la ley de la correspondencia cósmica, lo que proporciona otra prueba de la fusión del pensamiento babilónico con el egipcio. Se dice que Beroso, "El caldeo", fue quien introdujo la astrología en Grecia y se estableció en la isla de Cos, cuna de la medicina hipocrática. Desde entonces la astrología no tardó en infiltrarse en los escritos médicos. Algunos autores antiguos decían que era sacerdote y que vivió 116 años. Durante los siglos IV y III, a las partes del cuerpo humano se le asignaron signos del zodíaco comenzando con Aries, en la cabeza, y terminando con Piscis en los pies.

El concepto del universo como macrocosmos y del hombre como microcosmos, que refleja en su estructura al todo, proviene de los griegos. La idea era que si el signo que regía una determinada parte del cuerpo estaba afectado por una mala influencia planetaria, también se vería afectada la parte del cuerpo correspondiente. El remedio para la enfermedad era aumentar el poder del signo, utilizando las plantas y los animales asociados a ese signo.

Las referencias más claras y antiguas de la astrología en Grecia están en la obra médica de Hipócrates en el año 400 a.C. A la medicina de Hipócrates no se la puede comprender en forma aislada porque forma parte de un complejo sistema de correlaciones en el que está presente la astrología. Las plantas se asociaron de manera individual con los signos del zodíaco y los planetas, de la misma manera que los egipcios fueron responsables de la asociación de ciertos animales con signos y planetas (también los babilónicos lo hicieron). Los médicos impusieron la astrología en Europa a partir del siglo XII (los de la Edad Media frecuentemente eran buenos astrólogos) . La idea de la unidad del macrocosmos, y del hombre como un microcosmos persistió por varios siglos. Böhme, Göethe, Novalis, son entre otros, algunos de los que sostuvieron este concepto.

Alfonso X de España , conocedor y amante de la astrología expresó: "Aristóteles mostró que todas las cosas del mundo están como trabadas y reciben virtud unas de otras, las más viles de las más nobles , y que esta virtud también se manifiesta en los animales y en las plantas". No se puede dejar de mencionar a Paracelso (su nombre verdadero era Theophrast Bombast von Honenheim, médico nacido en Suiza en 1493, alquimista, místico e iniciador de la medicina astrológica) al hablar de la astrología y las plantas, quien se basó en la teoría de los cuatro elementos (fuego, tierra, aire y agua) para estudiar animales, vegetales y minerales.

El llamaba archeus al "corazón" de los elementos, y decía que "debido a esta fuerza nace el árbol de una pequeña semilla. El poder de los elementos hace que la planta viva y se desarrolle. Es la fuerza creadora y vivificante del macrocosmos y el microcosmos". Paracelso supo percibir la existencia de un ser superior en la naturaleza, en lo profundo de las montañas, así como también en la bóveda celeste (creía en el cuerpo astral del hombre, pero también en el cuerpo astral de las plantas). Diversos autores han hablado del alma de las plantas y le han atribuido una sensibilidad parecida a la de las personas.

Varios filósofos griegos como Demócrito, Anáxagoras y Empédocles han sostenido esta tesis. Según esta teoría cada planta es una "estrella terrestre", sus propiedades celestes se hallaban inscriptas en los colores de los pétalos, y las terrestres en la forma de las hojas. De acuerdo con este concepto, en las plantas se refleja la potencia de los astros.

Cristina Giménez

Astróloga

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