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domingo,
17 de
septiembre de
2006 |
Mercados
Sin negocios todos miran al tipo de cambio
Salvador Di Stéfano
Sin negocios de peso en los mercados de bonos y acciones los comentarios de los analistas pasan por el precio del tipo de cambio.
En el exterior la bolsa estadounidense sigue avanzando y se coloca próxima a los valores más elevados de los últimos cinco meses, la tasa de retorno de los bonos de tesorería de EEUU sigue descendiendo y no hay posibilidades de nuevas subas en la tasa de corto plazo.
Los precios de las materias primas comenzaron a descender y el fantasma de la inflación comienza a retirarse de escena, mientras que reaparecen agoreros que pronostican una recesión en Estados Unidos.
En la actual coyuntura los especuladores mundiales buscan nuevos destinos, salen del mercado inmobiliario americano, dejan de especular en materias primas y parecería que se lanzan de lleno al mercado de bonos y acciones en Estados Unidos.
En Argentina los mercados están muy tranquilos, el de de bonos en pesos está para el olvido.
El Boden 2008 que paga su amortización total el 30 de septiembre de 2008 está mostrando una rentabilidad equivalente a la inflación más un plus del 2% anual. Si se estima una inflación del 11% anual para los próximos dos años, se estaría frente a una rentabilidad del 13% anual. Si se proyecta una tasa del 26% sobre el valor del dólar hoy se estaría obteniendo un valor del dólar al 30 de septiembre de 2008 de 3,93 pesos.
Esto que quiere decir que si el dólar para esa fecha se ubica por encima de esa marca la inversión fue un fiasco porque se pierde en términos de dólares. En cambio, si se coloca un plazo fijo en dólares en el exterior a una tasa del 5% anual, se obtiene una tasa real del 10% en dólares.
La pregunta es ¿a cuánto tiene que estar el dólar para igualar la rentabilidad de un plazo fijo en el exterior con un bono en pesos ajustado por inflación? Se tendría que invertir en el Boden 2008 y al 30 de septiembre de 2008 el dólar debería ubicarse en 3,60. De esta forma se igualaría la rentabilidad a dos años en moneda dura.
Por esta razón, los bonos en pesos no son atractivos porque con los problemas estructurales que tiene la economía argentina por resolver, no luce del todo claro que a dos años vista el tipo de cambio se ubique por debajo de 3,60, cuando el mismo gobierno se manifiesta como un fundamentalista del tipo de cambio alto. La misma comparación podría ocurrir si se miden distintas series de bonos, que sin vencer en igual plazo muestran diferenciales de tasa muy bajos con un tipo de cambio que podría ser muy volátil de cara a los próximos meses. Por ejemplo, un Boden 2014 tiene un rendimiento equivalente a la inflación más un plus del 5,2% anual. Esto implica una tasa de retorno del 16,2% anual. Si se compara este título con el Bonar VII, que está nominado en dólares y vence el 12 de septiembre de 2013 con un rendimiento del 8,6% anual, el diferencial de tasa es de solo el 7,6% anual.
Parecería que el gobierno devaluará el tipo de cambio a un ritmo mayor a ese porcentaje, ya que de lo contrario deberá mostrar mejoras de productividad muy altas que resultan difíciles de realizar cuando la inversión es lo que escasea en la plaza.
Con estos dos ejemplos se observa claramente que hay un diferencial muy alto para invertir en bonos en dólares versus los bonos en pesos.
Por el lado de las acciones se nota una gran apatía. Salvo el rally alcista de Grupo Financiero Galicia que dejó una sonrisa, el resto muy en el olvido con escaso volumen y sin que el índice Merval logre salir del recorrido lateral que hasta ahora viene dibujando.
Sólo un incremento en el volumen de negocios y romper la barrera de los 1.720 puntos dará lugar a una suba sostenida, en donde parece que el Grupo Financiero y Telecom serían los papeles a tener en cuenta.
La evolución verde
En cuanto al dólar, al 31 de diciembre de 2005 cotizaba a 3,05 hoy lo hace a 3,12, lo que representa un aumento en lo que va del año del 2,3%. Para todo el año la inflación esperada ronda el 11% anual, un 3% se compensa con la inflación esperada en Estados Unidos, un 2% es por mejora de la productividad y competitividad Argentina, mientras que un 6% es la devaluación proyectada por el gobierno. Esto indica que para fin de año las autoridades esperan un tipo de cambio de 3,23.
Sin embargo es de preveer que la devaluación del signo monetario será superior a 3,23 producto de la caída en el precio del petróleo que afecta al 10% de las exportaciones y la baja del resto de las materias primas, que representa el 65% de las exportaciones restantes.
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