Reflexiones

El transporte socialista

Omar Paredes (*)

Es normal que la ficción supere a la realidad, pero en este caso la ecuación es inversamente proporcional.

En la ficción se pueden dibujar escenarios, en la realidad no. El gobierno socialista sabe que el transporte de pasajeros es del Estado municipal. Sabe que hay colectivos urbanos, taxímetros y remises. No sabe nada más.

Apareció una encuesta, publicada el domingo pasado por La Capital, en la que se asegura que el rosarino está contento con el transporte de pasajeros. ¿Qué rosarino?

La empleada que debe entrar a las siete y ve pasar de largo tres o cuatro colectivos no está contenta. Se levanta más de dos horas antes para poder llegar.

El que viene de poblaciones cercanas ya lo sabe, para entrar a las siete se debe levantarse a las cuatro de la mañana. Y tener suerte. Es imposible creer que se hizo una encuesta con la gente en las horas pico del transporte urbano de pasajeros por una razón: los encuestadores estarían en el hospital. Los encuestados los hubiesen trompeado del enojo. El transporte urbano de pasajeros provoca enojo.

En la encuesta, además de inventos hay olvidos. Se olvida que en la ciudad de Rosario, y en esta administración socialista, hay dependencia del "señor Bermúdez". No se dice esta verdad: el 30 por ciento de los colectivos son de la Municipalidad socialista (la Semtur) y el resto de Bermúdez y su socio minoritario: Rodríguez. Y que los colectivos de la Semtur son los que desecha Bermúdez.

Si los colectivos de la Semtur son buenos y el servicio es bueno: ¿por qué no estatizar todos los servicios? Si es malo: ¿por qué no privatizar? Si no son rentables: ¿qué encuesta puede decir que es bueno un servicio que Bermúdez rechaza porque da pérdidas?

En todas partes las concesiones se entregan con dos condiciones. Trabajar en horarios no rentables, "empatando" con el exceso de ganancia en los horarios super rentables. Tomar zonas de poca densidad de pasajeros para "empatar" las zonas con muchos pasajeros. Una mano lava la otra.

En Rosario hay barrios abandonados por los socialistas y, de hecho, por su protegido: Bermúdez. Si es cierta la encuesta, que asegura que en Rosario el transporte de pasajeros es mejor que en Córdoba, Mendoza, Santa Fe y Mar del Plata, no gastemos más en empleados y en una secretaría del sector para controlar y fiscalizar. Paguemos a una encuestadora amiga para que dé a conocer una "encuesta de opinión", que no es lo mismo que un control de rutas, horarios, cantidad de pasajes y necesidades de la zona.

La opinión, escrita en una oficina en el centro de Rosario, puede divertir a los empresarios que conocen la verdad y a los funcionarios socialistas, que creen que todo es propaganda. Para los que viajan el asunto no es divertido, es triste. Y no hay forma de alegrarlos.

Del servicio de taxis no hablemos. Digamos, sinceramente, quiénes son los dueños de las chapas reales, quiénes de las chapas "truchas", quiénes los que "manejan" el servicio "truchado" que circula por la ciudad y paga "peaje" para que los inspectores no los detengan (tengo de esto una íntima convicción, a la que avala la nula fiscalización en el sector).

Los socialistas han vuelto cierto el dicho de los abuelos: mal de muchos consuelo de tontos. Si es malo el servicio en las otras ciudades aquí también. Y los socialistas creen que los rosarinos somos cada día más tontos. Los que hacen las encuestas no son tontos: son empleados. Hay otro dicho de los abuelos: por la plata baila el mono. Se llame como se llame. No viaja en colectivo, de eso estoy seguro.

(*) Ex concejal radical