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 martes, 05 de septiembre de 2006  
Busca recuperar a su hijo con una huelga de hambre

Alejandra Ibarra, la joven santiagueña que reclama la devolución de su hijo de 10 meses, entregado en adopción a una pareja bonaerense, reanudó ayer a la tarde la huelga de hambre que había interrumpido por la mañana en los Tribunales de Santiago del Estero, tras retirarse del hospital en el que permaneció internada por pocas horas.

"Si es necesario, moriré en el reclamo para que me entreguen a mi hijo, que una pareja de contadores ricos y que vive en un country de Buenos Aires se apropió ilegalmente", dijo Alejandra, tras salir el hospital Independencia en el que fue internada por una crisis nerviosa y alta presión arterial.

La mujer, de condición humilde y madre de otros seis niños, sostuvo que la Justicia santiagueña "pretende beneficiar a quien trata de adoptar a mi hijo, por la simple y sencilla razón de que soy pobre y ellos, ricos".

La mujer inició la huelga de hambre la semana pasada, en el playón de estacionamiento de los Tribunales de Santiago del Estero, cuando la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de II Nominación resolvió suspender la decisión del juez Federico Argibay Berdaguer de entregar el bebé a sus padres biológicos.

La medida provisoria surgió tras la apelación realizada por los abogados del matrimonio de contadores públicos que adoptó a Francisco Agustín Ibarra, de 10 meses, en un trámite considerado irregular, en el que se falsificó la firma de la madre biológica en un acta de consentimiento de adopción.

Durante el pleito judicial, la madre biológica y varias organizaciones de derechos humanos lograron que la Justicia ordenara la entrega progresiva de su hijo de 10 meses, quien hasta ayer continuaba al cuidado de una pareja de contadores públicos que reside en un country de Buenos Aires.

Durante la instrucción judicial, la joven madre denunció que nunca tuvo intenciones de dar a su hijo y tampoco firmó el consentimiento para entregar al recién nacido en adopción.

Los abogados del padre adoptivo, Carlos Della Torre -un contador de 39 años- habían solicitado la "guarda definitiva" del pequeño, trámite al que en primera instancia hizo lugar la jueza Carmen Peña. (Télam)
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