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sábado,
12 de
agosto de
2006 |
Sorprendió ayer una
nube de humo y cenizas
La contaminación se debió a la quemazón en las islas
en un principio se creyó que un incendio se había desatado en las inmediaciones de España entre Córdoba y San Luis, La Capital pudo comprobar que se trató de las constantes quemazones realizadas por los dueños de campos en las islas frente a Rosario.
Desde la Estación Fluvial se podían anoche divisar los focos ígneos del otro lado del río (a la altura del límite sur de la ciudad) que despedían humo y cenizas.
La sorpresa comenzó a correr como un reguero de pólvora cuando decenas de personas comprobaron en su vista y en sus pulmones la presencia de cenizas que provenían del cielo. Y además vieron cómo sobre sus vehículos se posaban pequeñas partículas de residuos de fuego. Fue en ese momento, casi a las 18, que las versiones sobre un incendio en pleno centro se comenzaron a esparcir. Consultados tanto los bomberos como las comisarías de la zona, todos dijeron desconocer el eventual incidente.
Pero fácil fue observar el núcleo del problema cuando, desde la vera del río, se podían fácilmente observar dos focos de fuego en las islas.
Un grupo de pescadores confirmó que aproximadamente a las 18 el viento comenzó a soplar del cuadrante sureste y atrajo hacia la costa rosarina el humo y las cenizas. Las consecuencias de la contaminación la sufrieron los mozos de los bares de la zona más abierta que limpiaban sin cesar las mesas de los negocios. Una mujer sentada en Laprida y San Lorenzo dijo que el humo la había hecho toser, aunque no se alarmó por la situación. Finalmente, uno de los artistas callejeros que trabaja en la avenida de la Libertad y Rioja ratificó lo dicho: los rosarinos, a pesar de sus eternas protestas, continúan respirando un aire poluido por las quemazones en las islas.
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