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domingo,
30 de
julio de
2006 |
Escalada bélica
El shiísmo, de los tiempos de Mahoma a Hezbolá
Esta rama del islam tiene creciente protagonismo
Con el estallido de la guerra en Líbano y el protagonismo que tiene en ella la organización extremista Hezbolá, el término "shiíta" se puso en circulación, para definir a la organización del jeque Nasrallah y también a la población del sur del Líbano.
El shiísmo es una rama del islam que reúne algo más del 10% del total de los musulmanes, pero es mayoría absoluta en Irán (90%), mientras cuenta con la primera minoría en Líbano (35%) y amplia mayoría en Irak (cerca de 60%). El presidente radical de Irán y fuerte aliado de Hezbolá, Mahmud Ahmadineyad, es un shiíta fervoroso, algo que tiene directa influencia en su conducta política.
Etimológicamente, el término shiíta significa partido de Alí. Cuando Mahoma murió en el año 632 no se había ideado un método para decidir a su sucesor. Esto desató una guerra dinástica que dio lugar a los shiítas, o partidarios de Alí, primo y yerno del profeta.
Sus seguidores se negaron a reconocer a los "notables" sucesivamente elegidos para desempeñar el papel de califas o sucesores del profeta y cuando finalmente Alí ocupó el cargo fue acusado de haber instigado el asesinato del anterior califa. Se inició una guerra civil entre los shiítas y la dinastía de los Omeyas. Cuando se logró una tregua, apareció un tercer sector, que asesinó a Alí en 661. El hijo de Alí, Husain, continuó liderando al sector contra los Omeyas. Fue muerto de manera muy cruenta en la batalla de Kerbala (Irak) en 680. Su martirio es conmemorado todos los años por los shiítas con actos de autoflagelación, que dejan las calles cubiertas de sangre de los penitentes. El destino trágico de Alí y muy especialmente el de Husain dio al shiísmo una particular inclinación por el martirio.
Los siguientes imanes, sucesores de Husain, también murieron trágicamente, lo que dio lugar al mito de la ocultación. El séptimo imán desapareció y una parte de la comunidad consideró que se había ocultado por medios sobrenaturales pero que seguiría vivo hasta su regreso al final de los tiempos. Los shiítas que creyeron en el séptimo imán son llamados septimanos o ismailíes. La mayoría de los shiítas no aceptó el ismailísmo, sin embargo, pero acabó reconociendo otro caso de ocultación sobrenatural con el duodécimo imán, quien se habría escapado de la cárcel y desaparecido en 874. A sus seguidores se los llama duodecimanos y son hoy la gran mayoría del shiísmo. El mito del imán oculto da una fuerte dimensión escatológica y apocalíptica al shiísmo.
De hecho, Mahmud Ahmadineyad se considera un propiciador de la venida del imán oculto, también llamado Mahdi. En 1979, cuando el ayatolá Khomeini llegó a Teherán luego del derrocamiento del shah, dos millones de personas lo vivaban en las calles y lo proclamaban "Al Muntazar", otro de los nombres del Mahdi o imán oculto. El ayatolá aclaró inmediatamente que él no era el Mahdi, pero que sí era un enviado a abrir el camino para su retorno. El imán oculto asumirá el liderazgo de la república islámica de Irán, según dispone la Constitución del país. Los que ven en Ahmadineyad un peligro mundial afirman que éste podría desatar un conflicto nuclear contra Israel o EEUU en la convicción de que así provocará el apocalipsis y la consiguiente venida final del duodécimo imán o Mahdi, quien hará del islam la religión de toda la humanidad.. Esta carga apocalíptica no es una invención de Khomeini y Ahmadineyad, pero está siendo claramente usada por su régimen con fines políticos para expandir su influencia.
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