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miércoles,
14 de
junio de
2006 |
La mayoría de los países aún carece de sangre segura
En las naciones en desarrollo se depende de los donantes remunerados o de familiares de pacientes
Los progresos hacia el objetivo de lograr que las donaciones de sangre sean voluntarias y no remuneradas han sido lentos y aún no se ha conseguido que los suministros de sangre sean seguros y sostenibles. La mayoría de los países en desarrollo todavía dependen de donantes remunerados o de donantes familiares. Sin embargo, en los dos últimos años algunos países, como China, Malasia y la India, han logrado progresos aplicando principios más estrictos en sus programas de prevención del sida.
En el marco del Día Mundial del Donante de Sangre, que se celebra hoy, la Organización Mundial de la Salud (OMS) difundió las conclusiones de su encuesta mundial más reciente sobre prácticas de donación de sangre y pruebas hematológicas.
Los donantes voluntarios, no remunerados y habituales son el pilar de un suministro de sangre seguro y sostenible porque es menos probable que esas personas mientan acerca de su estado de salud. Los datos también indican que es más probable que estén sanas.
Por su parte, Sudáfrica y Zimbabwe, por ejemplo, buscaron nuevas estrategias en los años ochenta, al comienzo de la epidemia de sida, para garantizar la seguridad de sus suministros de sangre. Una de esas estrategias es la iniciativa Pledge or Club 25, en la que jóvenes que terminan los estudios secundarios se comprometen a donar sangre 25 veces hasta los 25 años, así como a llevar una vida sana para que su sangre sea efectivamente beneficiosa para los pacientes.
Originarios de Zimbabwe, estos grupos han servido de ejemplo para otros países de Africa y Asia con parecidos problemas de seguridad de la sangre. Una muestra del éxito de la idea plasmada en Pledge 25 es el hecho de que en Zimbabwe la tasa de infección por HIV entre los donantes de sangre cayó del 4,45 por ciento en 1989 a 0,61 en 2001 (la tasa de infección era a de 33,7 en la población sexualmente activa).
En Sudáfrica, donde el 80 por ciento de las nuevas infecciones afectan a jóvenes de 16 a 28 años (aproximadamente las mismas edades que los miembros del Club 25), la prevalencia de infección por HIV entre los miembros de la organización no gubernamental 25 es sólo del 0,04 por ciento.
El informe indica que de los 124 países que proporcionaron datos, 56 habían registrado un incremento de las donaciones voluntarias no remuneradas. En los otros 68 no se habían hecho progresos o había habido una disminución del número de donantes voluntarios no remunerados. De los 124 países, 49 habían alcanzado el 100 por ciento de donaciones voluntarias no remuneradas. De esos 49 países, sólo 17 eran países en desarrollo.
El número de donaciones por mil habitantes es aproximadamente 15 veces mayor en los países de ingresos altos que en los de ingresos bajos. La disponibilidad de sangre segura permitiría evitar aproximadamente el 25 por ciento de los fallecimientos por hemorragias intensas durante el parto. Varios países se han acercado al logro del objetivo. Santa Lucía ha dado un gran salto hacia adelante en la recogida de sangre procedente de donantes voluntarios no remunerados pasando del 24,39 por ciento en 2002 al 83,05 en 2004. En ese mismo período, Malasia pasó del 50 al 99 por ciento, y la India del 45 al 52,42 por ciento.
Programas de prevención
Como indican las respuestas de los gobiernos al cuestionario de la OMS, estos progresos se debieron a la intensificación de los programas de prevención del sida.
En China, las cifras proporcionadas por el gobierno indican que toda la sangre donada en 2005 se sometió a pruebas de detección de las cuatro infecciones mencionadas. En cuanto a la donación de sangre, China ha registrado un aumento del número de donantes voluntarios no remunerados, del 22 por ciento en 1998 al 94,5 en 2005.
Según los investigadores, el progreso registrado en China se debe particularmente a una reducción de la utilización de sangre y plasma comercializados, con la consiguiente reducción en todo el país de las prácticas irregulares en materia de recogida y suministro de sangre, junto con un fortalecimiento de la prevención del HIV.
Con respecto a las pruebas hematológicas, 56 de los 124 países abarcados por la encuesta no sometían la sangre donada a pruebas de detección del HIV, las hepatitis B y C, y la sífilis. Entre los motivos aducidos para explicar esta situación se mencionaban la escasez o inasequibilidad del material necesario para las pruebas, la falta de infraestructura y la escasez de personal cualificado.
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Sangre segura, un componente esencial para el servicio de salud.
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