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domingo,
21 de
mayo de
2006 |
Antioxidantes
Protección contra el frío
Entre sus numerosos beneficios, las vitaminas y minerales conocidos como antioxidantes, especialmente las vitaminas C y A refuerzan el sistema inmunológico. Para que el invierno nos encuentre protegidos, es esencial incorporarlos diariamente a nuestro organismo.
El invierno es la época del año donde se producen cambios climáticos: con frío, a veces poco sol, viento y lluvia. Debido a estos cambios es fácil que nos enfermemos. La llegada del invierno toma a muchas personas desprevenidas debido a que no tomaron las medidas necesarias. Por eso, debemos incrementar el consumo de alimentos altamente nutritivos y reforzar nuestra dieta con determinadas vitaminas y minerales que refuercen nuestro sistema inmunológico, para poder atravesar el invierno de manera más agradable y libre de enfermedades.
Vitaminas C y A
La incorporación de nutrientes antioxidantes mediante una dieta balanceada nos permite afrontar los cambios estacionales con salud. Dentro de estos nutrientes hay dos que son indispensables para esta época del año: las vitaminas C y A. La vitamina C tiene un impacto sobre la capacidad del sistema inmune para funcionar óptimamente. Una de sus funciones es la de ayudar a prevenir resfríos e infecciones que pueden comprometer nuestra salud durante días o semanas. Además es necesaria para producir colágeno, es importante en el crecimiento y reparación de las células de los tejidos, encías, vasos, huesos y dientes. Esta vitamina se encuentra en el coliflor, el kiwi, el limón, el melón, la naranja, el pimiento verde, el tomate y otras frutas frescas.
Nuestro organismo necesita vitamina A o betacaroteno (provitamina A) para mantener en buen estado la piel y las mucosas (entre ellas, las que recubren el interior de los bronquios) y reducir el riesgo de afecciones respiratorias. Es uno de los principales antioxidantes que se encuentran en la naturaleza. Es necesaria para el desarrollo de los huesos, para mantener las células de las mucosas y de la piel y, en general, para el funcionamiento de todos los tejidos: visión, piel, cabello y uñas. Esta vitamina se encuentra en lácteos, zanahorias, duraznos, vegetales verdes, melones, mangos y damascos, entre otros.
Hoy existe una mayor conciencia acerca de la necesidad de consumir alimentos que contengan estos nutrientes. Sin embargo, el ritmo de vida y el incremento de las exigencias cotidianas suelen impedir esta correcta y balanceada alimentación. Esto, sumado a la presencia de enfermedades favorecidas por la alimentación inadecuada, el envejecimiento o los estados de intenso estrés pueden llevar a la necesidad de incorporar estos nutrientes de una forma complementaria a la alimentación. De ahí el desarrollo de suplementos alimenticios o dietarios con propiedades antioxidantes para prevenir o mejorar dichas situaciones, complementando adecuadamente la dieta para satisfacer las necesidades diarias de nuestro organismo en cuanto a nutrientes esenciales para la salud y el bienestar.
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