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domingo,
21 de
mayo de
2006 |
"Recrudeció el abuso policial
para recuperar la caja negra"
La presidenta de Ammar denunció los "grandes negocios" de la prostitución infantil
Elena Reynaga, presidenta de la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina (Ammar), volvió durante la semana pasada a Rosario para denunciar nuevos abusos policiales en contra de las prostitutas y criticar a los gobiernos nacional, provincial y hasta municipal. Reynaga asegura que tiene una relación especial con la ciudad. Aquí fue donde hace casi dos años asesinaron a la delegada local de Ammar, Sandra Cabrera, delito que puso a la entidad en el centro de la escena nacional e internacional. Por este motivo, la semana entrante concurrirá a organismos internacionales para denunciar "la impunidad" de los asesinos de la dirigente rosarina. Además destacó que la prostitución infantil esconde un gran negocio y llamó a la sociedad a buscar soluciones para los problemas de la miseria.
-¿Qué camino transita hoy Ammar?
-Hace once años que estamos y sé que todavía no hemos sensibilizado a los 38 millones de argentinos (se ríe). Pero hemos transitado un camino muy importante con las 17 filiales que tenemos en todo el país. También sé que pagamos precios muy caros, como la muerte de Sandra. Sé que hay una parte de la sociedad que nos está mirando como lo que somos, personas antes que trabajadoras sexuales, con los mismos problemas de todas las mujeres. En ese sentido hemos aportado mucho a la sociedad abriendo cabezas y corazones, porque para no discriminar hay que entrar en el corazón de la gente y lo estamos haciendo despacito.
-¿Todavía sienten rechazo?
-Y, son muchos años de cultura religiosa, donde ustedes (señala a la cronista) son las buenas, las que se casaron por iglesia y están en la casa. Y nosotras somos las malas, las que estamos en las esquinas, las que destruimos hogares y sacamos los maridos. Y la verdad es que no robamos nada, sólo brindamos un servicio.
-¿Cuántas afiliadas tiene Ammar?
-A nivel nacional hay unas 3.500 y en Rosario unas 160. Además somos parte de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA). Nuestra metodología de trabajo no es la tradicional porque queremos que cada compañera participe mucho de la organización. Que se entienda que sola no se salva nadie, que el individualismo no da para más y que juntas podemos hacer muchas cosas. En Capital Federal hay más de 20 mil mujeres en la calle, pero claro que no están todas con nosotras.
-¿Por qué cree que en el último tiempo recrudeció la intimidación y el abuso policial?
-Porque quieren recuperar la caja negra que perdieron. Venimos a denunciar y también a recordarle al gobernador Jorge Obeid que no cumplió ninguna de las promesas que nos hizo respecto de la derogación de los artículos por los cuales la policía puede seguir acosando a todas las compañeras. A recordarle que nos prometió exigir verdad y justicia por Sandra y no cumplió.
-¿No están de acuerdo con el fallo que inculpó a un policía?
-Por supuesto que no. Sabemos que a lo mejor fue el responsable de la ejecución, pero en la planificación hay otras personas. Detrás de él se esconden un montón de secretos, aunque tal vez no sean tan secretos. Estamos exigiendo justicia también a los legisladores, ellos son responsables de que todavía haya en esta provincia un código contravencional, con el que la policía se abusa no sólo de las trabajadoras sexuales sino de toda la pobreza en general.
-¿No obtuvieron respuestas?
-Me acuerdo que el año pasado hicimos algunas denuncias a nivel nacional por el problema de la explotación de las niñas y los niños. Entonces me llamó el secretario del ministro (por el de Gobierno, Roberto Rosúa), me pidió que le diéramos información y contesté que no, que nos atendiera si quería hablar con nosotras. Además le dije que son ellos a los que les pagan por velar por la seguridad de las personas y no a nosotras.
-¿Usted denunció concretamente la prostitución de menores en Rosario?
-Ammar no es la que debe accionar contra la explotación de los chicos. Hay un gobierno nacional, otro provincial y una municipalidad que son los que tienen que trabajar en este tema. Detrás de esto hay un negocio muy grande, y detrás de cada gran negocio, hay intereses de determinados poderes. Es por eso que no se hace nada. Hoy en esta ciudad hay menores en esas condiciones. Es más, hay maestras que lo están diciendo, pero no hay acciones concretas, no hay decisión política para solucionarlo. También creo que hay una sociedad cómplice. Si queremos tener la Justicia que nos merecemos, la sociedad tiene que involucrarse y tomar todas estas problemáticas como propias. Con los menores, y con la pobreza en general, tenemos que ponernos todos de acuerdo y caminar juntos para encontrar soluciones.
I.B.
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