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domingo,
21 de
mayo de
2006 |
Opinión: No hacer nada, la peor opción
Marcelo Castaños / La Capital
Cumplir con la resolución original del Concejo y adjudicarlo a los empleados municipales que accedieran a los requisitos; venderlo y generar algún plan que beneficiara a familias carecientes, o a sectores medios.Cualquier solución para el edificio de Suipacha 50 bis hubiese generado polémica y despertado ideas encontradas, pero ninguna hubiera sido peor que la inacción. Inexplicablemente el Concejo abandonó el lugar ya en condiciones de habitabilidad, y en medio de un marcado déficit habitacional no sólo en los sectores más postergados de la población, sino en un amplio espectro de la clase media. Y lo deja vacío en momentos en que los alquileres socavan las economías familiares. Los funcionarios no tuvieron siquiera la inteligencia de capitalizar el proyecto o quizás no hayan querido pagar el costo de una decisión, cualquiera fuera. Recién esta semana se conoció una iniciativa de la Presidencia del Concejo -"en estudio", aclararon- para vender el inmueble y generar un nuevo proyecto que beneficie a sectores medios bajos. Curiosamente, el proyecto surge cuando en el seno del cuerpo se supo que La Capital tenía en marcha este informe, que causó -lo aseguraron fuentes del mismo Palacio Vasallo- un "tremendo revuelo". Lo cierto es que quedaron atrás dos años en los que se viene gastando en vigilancia y servicios, y podrían haberse recaudado las cuotas de los beneficiarios para usar el dinero en nuevos proyectos, y en los que muchos posibles adjudicatarios (algunas personas solas y con hijos discapacitados) se quedaron sin techo propio.
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