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sábado,
20 de
mayo de
2006 |
Viajeros del tiempo
Rosario 1900-1905
Calles que son ríos. Es de fama muy antigua que la calle Corrientes en épocas de lluvias se convierte en algo así como en un tormentoso riacho, haciéndose casi imposible su tránsito hasta para los vehículos. Pero ahora, con motivo de los trabajos de adoquinado de madera que se están haciendo en la calle Córdoba desde Entre Ríos hasta Paraguay, resulta que la calle Corrientes recibe de lleno las aguas de lluvia también de esas arterias. Sabemos de buena fuente que si no se soluciona el caso que denunciamos los vecinos se presentarán en el Concejo Deliberante pidiendo que las cosas vuelvan a su primitivo estado.
Masonería sanlorencina. Esta noche tendrá lugar en San Lorenzo la inauguración del templo masónico, debiendo celebrarse con este motivo una fiesta a la que concurrirán delegaciones de las logias de esta ciudad y numerosas familias invitadas.
Pueblo chico, infierno grande. Habiéndose hecho correr la voz en el pueblo de Godoy, por personas interesadas, de que yo pretendo casarme a todo trance con la modista Juana David, y constándome que hay individuos mal intencionados y avezados a suscribir y fomentar el desorden perjudicando a los tranquilos y honrados industriales moral y materialmente, cúmpleme el deber de anunciar a los interesados de que jamás tuve la idea mezquina de casarme con la mencionada señorita, aunque fuera la emperatriz del mundo entero, como se lo manifesté al propio padre, señor Lázaro. Tanto como para que lo sepan los alborotadores. Santiago Barach.
La sesión más silenciosa de la historia. Cumpliendo con un pacto previamente sellado y aprovechando la ausencia de los colegas más bulliciosos, los señores concejales celebraron ayer tarde la sesión de reglamento sin despegar los labios. Ha sido esta una de las sesiones más silenciosas que se registran en los anales del Honorable Concejo, y francamente ella hizo pensar en la sabiduría que consiste en callar a tiempo y en la bondad del adagio que dice que "en boca cerrada no entran moscas". El único que habló, y de mala gana por cierto, fue el presidente señor Castagnino, quien a las cinco y veinticinco declaró abierta la sesión para levantarla a las cinco y cuarenta. En ese intervalo de quince minutos los concejales presentes, señores Copello, Tiscornia, Frugoni, Cabanellas, Mendieta y Zolezzi, escucharon la lectura del acta de la sesión anterior y los asuntos entrados, todo lo cual fue aprobado con un simple movimiento de cabeza.
Amargo llanto. En el tren del F. C. C. A. llegado ayer a las 5.40 p. m. procedente de Buenos Aires, vinieron dos criaturas llamadas Isabel yJuana Acosta, de 9 y 3 años de edad respectivamente. Habían sido enviadas por familiares desde la Capital Federal al Rosario donde se encuentra su padre, Juan Acosta, domiciliado en el barrio de Refinería. Pero al encontrarse solas en la estación prorrumpieron en un amargo llanto que llamó la atención de los empleados de trenes, quienes avisaron a la comisaría 2a. En esa repartición se pudo conocer, gracias a las referencias de Isabel, el domicilio del padre, a quien se le pudo entregar anoche a sus hijas. Es lamentable la actitud de esos familiares ya que esta aventura podría haber tenido trágicas consecuencias.
Investigación y realización Guillermo Zinni © Ver La Capital de 1900 y de 1903 a 1905.
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