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jueves,
18 de
mayo de
2006 |
Las objeciones al inicio de la causa
"Brahian me dijo de ir a robar. Nos quedamos en Maipú y Cochabamba y vi a un muchacho que iba caminando. Entonces Brahian le muestra el arma a ese chico y cuando estaba sentado sacándose las zapatillas se le escapó un tiro". Esa confesión lanzó ante la policía Pablo Correa, el muchacho que era menor de edad al momento del crimen de Germán Owsianski. Estaban su papá y la fiscal, pero no un abogado. Situaciones como ésta, cuestionadas por afectar el derecho de defensa, "son más frecuentes de lo que parece" en la Justicia local, según un penalista consultado por este diario.
La declaración de Pablo ante la policía motivó que su abogado, Marcelo Piercecchi, pidiera la nulidad de ese testimonio efectuado sin asistencia legal. "Pero la Cámara Penal rechazó el planteo porque entendió que la declaración era aprovechable", señaló el abogado. Así, el menor fue responsabilizado por el crimen en base a su propia declaración policial, "cuando el Código Procesal del Menor dice que el chico sólo debe declarar ante un juez".
Para el penalista Víctor Corvalán, se trata de una situación frecuente: "Se condena todos los días a gente que no consultó a un abogado", opinó. Según el abogado, el Código Procesal Penal de la provincia autoriza a que el imputado acepte declarar sin la presencia de su defensor. "Pero esto no es válido, porque en general el imputado no tiene idea de lo que significa. Esta práctica menosprecia el rol del defensor y vulnera principios constitucionales. La gente pobre nunca habla con abogados antes de declarar", expresó.
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