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 jueves, 18 de mayo de 2006  
Catorce años para el joven que mató a un alumno de Psicología
Fue en 2003, en Maipú y Pasco. La víctima, un chico de San Justo de 19 años. Ahora penan a uno de 21 por dispararle en el robo. Según el juez, con intención

María Laura Cicerchia / La Capital

Germán Owsianski se desató en silencio los cordones de las zapatillas. Era la madrugada de un feriado y no pasaba nadie por el lugar, cercano a su departamento de estudiante, donde dos chicos lo asaltaban con un revólver. Hasta que un disparo retumbó en la cuadra de Maipú al 1800. Los ladrones se fueron corriendo sin saber que una había baleado en la cabeza al joven, que murió tres días más tarde. Por ese crimen absurdo, fruto de las primeras experiencias en el delito de dos adolescentes de clase media, el mayor de ellos fue condenado a 14 años de cárcel como autor de un robo seguido de muerte.

La condena recayó sobre Brahian Reinard Pizzicatti, un chico de 21 años, nacido en Canadá. El juez de Sentencia Ernesto Genesio lo consideró autor de un robo seguido de muerte -una figura más grave que el simple homicidio- y además entendió que el uso de un arma de fuego agravó el delito. Al imponer la pena, el juez contempló que el joven carece de condenas previas y valoró el buen comportamiento que registra en su lugar de detención. Como lleva dos años y siete meses preso, según el fallo, la pena vencerá el 17 de octubre de 2017.

La sentencia aún no es definitiva porque fue doblemente apelada. El defensor de Pizzicatti, Marcelo Piercecchi, pretende que el caso se encuadre como un hecho culposo, es decir, cometido sin intención: asegura que el disparo que hirió a Germán fue accidental. Si esto no prospera, anhela que al joven le reduzcan la pena.

Todo lo contrario es lo que espera la fiscal Graciela Argüelles, quien durante el juicio se hizo eco del pedido de los padres de la víctima para que se condenara al acusado. La fiscal pretende que el delito sea agravado, además, por la participación de un menor de edad. Y solicita una pena de 16 años de cárcel. Los dos planteos llegarán ahora a la Sala II de la Cámara Penal, que deberá resolver si atiende al pedido de alguna de las partes o deja la sentencia tal como está.

La madrugada del 13 de octubre de 2003, Germán Owsianski, de 19 años, volvía al departamento de Maipú 1955 que había alquilado ese año, cuando llegó de San Justo para estudiar en la Facultad de Psicología. La noche anterior había ido a un bar de avenida Pellegrini con amigos de la carrera. Le faltaba una cuadra para llegar a su casa cuando lo abordaron dos muchachos aún más jóvenes que él. Le exigieron dinero, pero al estudiante no le quedaba un centavo.

Los asaltantes parecían decididos a llevarse algo y le pidieron las zapatillas, unas Topper grises con vivos anaranjados. Germán se agachó sin resistirse. Acaso para asustarlo, los ladrones le mostraron que el tambor del revólver estaba cargado. Eran las 4 de la madrugada y, mientras se desarrollaba el robo, el revólver calibre 22 escupió una bala.

Tras el disparo, los asaltantes recogieron las zapatillas y salieron corriendo. El balazo hirió a Germán en la cabeza, pero le quedaron fuerzas para caminar hasta el palier de su edificio. Tocó el portero eléctrico para pedir ayuda y perdió el conocimiento allí mismo. Un chico del edificio lo vio tirado y manchado con sangre, pero no le prestó ayuda porque pensó que estaba borracho. Así estuvo hasta que una vecina llamó una ambulancia. Entonces, el daño cerebral y la pérdida de sangre le habían provocado un coma irreversible.

Concluía con eso la aventura delictiva de dos amigos de 17 y 18 años. Para la Justicia, el robo fue cometido Brahian Pizzicatti y su amigo Pablo Correa (entonces menor de edad), quienes esa noche habían estado reunidos con amigos hasta las 4. A esa hora salieron a la calle y "se pusieron de acuerdo para robar". Según el fallo, el primero que se cruzaron en el camino fue Germán, a quien Brahian le apuntó con un revólver para exigirle las zapatillas. Después del disparo, los dos corrieron hasta la casa donde estaban sus amigos, ante quienes contaron que habían asaltado a un chico y se les había escapado un disparo.

El menor de los dos, Pablo Correa, vivía con su papá ingeniero, su madre docente y dos hermanos. Fue declarado autor penalmente responsable del hecho por el juez de Menores Juan Leandro Artigas en noviembre de 2004. El chico ahora está bajo un régimen de libertad asistida. Al término del período tutelar el juez deberá decidir si le aplica a o no condena, en base a las probabilidades de que el joven reincida.

Brahian, nacido en Canadá, vivía con su abuela y su hermano mellizo en Rosario desde que sus padres se separaron. De acuerdo con el fallo firmado por Genesio y su secretario, Ernesto Eiris, el hecho no fue accidental: "Es obvio que el dolo estuvo dirigido a matar porque tuvo total conocimiento de que tenía nada menos que un arma de fuego, y no obstante ello efectuó el disparo sin importarle lo que podría producir".
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Una marcha de estudiantes tras el ataque a Germán Owsianski, herido en octubre de 2003.

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