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 miércoles, 17 de mayo de 2006  
"Esta es una carrera injusta"

A los 15 años, Olga Igartua le dijo a su mamá que quería ser maestra. La mujer no le pronosticó buen futuro: "Te vas a morir de hambre", le dijo. Y tres años más tarde consiguió que Olga empezara Ciencias Económicas. Pero mientras cursaba el último año de la carrera, la joven se dio cuenta de que no había vueltas: "Yo quería ser docente, esa era mi vocación", dice veintitantos inviernos más tarde.

A los 34 años, Olga se recibió de maestra y comenzó a trabajar primero en la Escuela Nº114 de Grandoli y Seguí y después en la Nº1.078 (Grandoli y Gutiérrez) donde durante 11 años reemplazó a la vicedirectora. En junio, cuando a la escuela lleguen los nuevos directivos, Olga quedará sin trabajo. "Es que la carrera docente, desgraciadamente, también es injusta", lamenta. Pero no es eso lo que más le molesta. "Soy una maestra de las de antes y voy a decir una antigüedad, pero me preocupa mucho dejar solos a mis pichones", afirma.

Sus pichones son los 35 alumnos de sexto grado de la Escuela Nº1.078 a quienes la seño Olga les enseña matemáticas y ciencias naturales, y que a mitad de año deberán empezar de nuevo con otra maestra. Y no es Olga la única docente de la Escuela Nº1.078 que será cesanteada a partir de junio, otros dos compañeros suyos están atravesando por la misma situación.

"Durante años trabajamos con estos chicos, dimos nuestras pequeñas luchas para conseguirles un manual o útiles escolares. Cosas pequeñas, pero que nos costaron mucho. Y ahora nos encontramos sin nada. Es una injusticia total", se lamenta.

De todas formas, aclara que sigue manteniendo intacta su vocación docente. Remarca que no se arrepiente de haber dejado la universidad para estudiar magisterio y que lo volvería a hacer, porque, sencillamente, siempre quiso ser maestra. Desde los quince, cuando su mamá le dijo que se iba morir de hambre.

Aun así se la nota triste. Y no es para menos. "Este año, cuando empezamos las clases, ni siquiera tenía ganas de armar la planificación. Imaginate como me encuentro-dice-. Pero bueno, la carrera docente desgraciadamente también es injusta".
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Olga no quiere dejar a sus "pichones".

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