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 domingo, 14 de mayo de 2006  
Perspectivas
"En Cuba, el objetivo de las editoriales es educar, no vender"
José Luis Méndez, Julio Cubría y Orestes Hernández promocionaron la próxima Feria del Libro de La Habana, donde Argentina será el país invitado de honor

Osvaldo Aguirre / La Capital

La próxima edición de la Feria Internacional del Libro de La Habana tendrá como país invitado de honor a la Argentina. Se trata del evento cultural más importante de Cuba, ya que se extiende durante un mes y recorre, además de la capital, más de treinta ciudades del interior, con actividades asociadas a todos los géneros culturales. El acontecimiento tendrá lugar a partir del 8 de febrero de 2007, pero los preparativos ya comenzaron y con ese fin estuvieron en Rosario Orestes Hernández, secretario de prensa de la embajada de Cuba, Julio Cubría, subdirector de la editorial Capitán San Luis, y el escritor José Luis Méndez, quien presentó en la Argentina "Mensajeros de la muerte. Centroamérica en la punta del iceberg", su último libro. "Queremos que Rosario, la cuna del Che, más cercana quizá a Cuba que otras ciudades de la Argentina, tenga una presencia importante en la Feria", dijo Hernández.

La delegación cubana se entrevistó con autoridades municipales y editores y libreros rosarinos. En ese marco presentó una parte de los libros expuestos en la Feria del Libro de Buenos Aires y en particular los títulos del sello Capitán San Luis. José Luis Méndez, quien recordó el legado de los periodistas argentinos que contribuyeron a la fundación de la agencia Prensa Latina -Jorge Masetti, Rodolfo Walsh, Rogelio García Lupo-, se encuentra investigando el secuestro de los diplomáticos cubanos Jesús Cejas Arias y Crescencio Galañena Hernández, dos diplomáticos cubanos acreditados en la embajada de Buenos Aires que resultaron víctimas de la última dictadura militar argentina. "Fueron secuestrados el 9 de agosto de 1976 y se encuentran aún desaparecidos. Los llevaron a (el centro clandestino) Automotores Orletti, donde fueron otros detenidos en el marco del Operativo Cóndor", dice.

-¿Qué tipo de libros publica la editorial Capitán San Luis?

-Julio Cubría: La editorial es relativamente joven dentro de los sellos cubanos. Comenzó en 1989 y lleva el nombre del más joven guerrillero que cayó con el Che en Bolivia. Tiene dos objetivos fundamentales. El primero es la denuncia de las acciones terroristas que ha sufrido nuestro país, provenientes de Estados Unidos, de las diferentes administraciones, y de los grupos extremistas radicados en (el estado de) Florida. Y el segundo es la campaña por la liberación de cinco compañeros presos en los Estados Unidos por luchar precisamente contra el terrorismo. Traemos un grupo de títulos que se enmarcan en esta temática: "Cuba, la historia no contada", que es un testimonio gráfico de las acciones que se han hecho contra Cuba, con más de 700 fotografías y documentos desclasificados de la CIA y el Pentágono, por ejemplo sobre el bloqueo económico o la guerra biológica contra Cuba; "Confesiones de Fraile: una historia real de terrorismo" que es el relato de un agente cubano que penetró la Fundación Nacional Cubano Americana, en Miami, fue entrenado por los terroristas Luis Posada Carriles y Gaspar Jiménez Escobedo y tuvo como tarea llevar explosivos a Cuba para hacer volar el Cabaret Tropicana en medio de un show y crear un caos en la industria turística. Este es un libro que desnuda la comunidad de Miami y sobre todo los grupos radicales. Otro título es "Cicatrices en la memoria", un libro donde los principales escritores de Cuba escriben relatos de ficción sobre el tema del terrorismo, ilustrados por los mejores pintores, y que demuestra que los intelectuales no pueden estar alejados de su circunstancia y del pueblo.

-¿Cuál es el tema de "Mensajeros de la muerte"?

-José Luis Méndez: Yo investigué el paso por Centroamérica desde 1979 a 2004 de estos grupos contrarrevolucionarios radicados en la Florida y que han utilizado a todos los países centroamericanos como base para hacer realizar acciones contra Cuba, contra países que mantenían relaciones comerciales con Cuba y contra la presencia cubana, por ejemplo contra los maestros que ayudaban a la alfabetizadores en Nicaragua, o contra los médicos cubanos. El libro comienza con la presencia de mercenarios cubanos entrenados en campamentos de Guatemala para producir lo que después sería la invasión de Playa Girón, en 1961. A partir de entonces ha habido una sistemática presencia de terroristas cubanos en los países centroamericanos con colocación de bombas, secuestros y asesinatos. Dentro de lo que puede ser más interesante para los argentinos, está el paso de miembros del Batallón 601 de inteligencia del Ejército durante los años 80, con represores conocidos que actuaron como asesores, como Héctor Francés u Osvaldo Balita Ribeiro. El libro termina con un capítulo interesante, me parece, que es la detención de cuatro terroristas de origen cubano en Panamá cuando intentaban asesinar al presidente de Cuba, en noviembre del 2000. Los cuatro fueron juzgados, recibieron una condena leve que se apeló y finalmente resultaron beneficiados con un indulto presidencial, por lo que salieron en libertad en agosto de 2004. Y esta es una historia que continúa; el libro termina así, con esa frase.

-¿Cuál sería la continuidad de esa historia?

-J. L. M.:Pese a la supuesta cruzada de los EEUU contra el terrorismo, estos grupos siguen vigentes y no son considerados terroristas. Y EEUU, después de Cuba, ha sido el país más afectado por ese terrorismo, que ha ejecutado más de 600 acciones en distintas acciones para ganar la atención pública internacional o amedrentar a los países que tienen relaciones con Cuba. A finales de abril se produjo en San Bernardino, California, el mayor secuestro de armas en los EEUU, con el hallazgo en una finca de más de 1.300 armas de distinto calibre, pertenecientes a la organización terrorista Alpha 66, que tiene su sede en Miami. No hay nada de historia antigua, esta es una realidad actual.

-¿Cómo se plantea el panorama editorial en Cuba?

-J. C.: Después de la caída del campo socialista hubo una crisis importante en la producción de libros, pero a partir del 2000 hubo un renacer de la industria editorial cubana. En estos momentos tenemos casi cien editoriales y estamos llegando a los doce millones de libros por año. La Feria del Libro es un evento masivo, el más importante evento cultural de Cuba, porque no solamente combina libros, sino también el teatro, el cine, la música.

-J. L. M.: La finalidad que tiene la impresión de libros en Cuba es esencialmente de divulgación. Por eso son tan baratos, el precio promedio es de 50 centavos de dólar. Casi todos son subsidiados por el Estado, aunque hay también un ingreso de divisas, por venta al exterior, para financiar los costos. Pero el fin es educativo. No se trata tanto de recuperar la inversión sino de darle acceso a la población cubana a las últimas novedades de la literatura, a través de ediciones económicas de obras de la literatura universal que se distribuyen en todo el país. También se coopera con otros países como Venezuela o Bolivia.

-¿Cuál es la tirada promedio de un libro?

-J.C.: Bueno, depende. El mínimo, en la editorial Capitán San Luis, son 5 mil ejemplares. Pero de "Cicatrices en la memoria" se hicieron 100 mil, y están agotados. De "Cuba, la historia no contada" se hicieron 100 mil en español y 10 mil en inglés.

-O. F.: Cuando dejó de existir el campo socialista perdimos el 80 por ciento del comercio exterior, y esto incluía también el papel y la tecnología para la industria editorial. En la última Feria del Libro se vendieron en Cuba 52 millones de libros, y eso en un país que tiene 11 millones de habitantes. Después de haber pasado ese proceso de crisis económico, significa que hubo una voluntad política del Estado en función de que el libro, en Cuba, no tiene otro objetivo que el de educar. En Cuba los sellos editoriales no tienen como principal objetivo vender sino producir para la cultura y el sistema educativo.
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Orestes Hernández.

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