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 domingo, 14 de mayo de 2006  
Crimen en Cabín 9. A once días del hallazgo del cuerpo de Leticia Inés Repetto en un basural de la zona oeste
Incertidumbre y dolor de los padres de una joven asesinada
La familia de la chica muerta de dos balazos quiere que el novio de la menor se entregue y cuente qué pasó

Leo Graciarena / La Capital

"Queremos que Luciano se entregue y cuente por qué le hizo eso a mi hija". Para Nélida Ramona Repetto y Juan Carlos Ardiles no existen dudas sobre la responsabilidad que le cupo en el homicidio de su hija Leticia al novio de la joven, un pibe de 17 años cuyo paradero es desconocido desde el día del crimen. El cuerpo de la chica de 15 años apareció el miércoles 3 de mayo entre la basura en un descampado de Cabín 9, en el oeste rosarino. Los padres de la joven habían realizado la denuncia de su desaparición 72 horas antes. Por el homicidio está preso un ex policía, padrino de Luciano, quien confesó que mató a la chica por error. "Nosotros le echamos la culpa al pibe porque fue él quien la llevó a esa casa", explicó el padrastro de Leticia.

Nada está demasiado claro en el crimen de Leticia Inés Repetto. Sólo se sabe que ella está muerta y que su cuerpo, con dos disparos, apareció tirado en calle El Chajá, a 20 metros de un cruce de vías. A ocho cuadras de ese lugar está la casa donde la adolescente vivía desde hace menos de dos años. Allí Nélida, su mamá de 33 años, y Juan Carlos, su padrastro de 39, no tienen consuelo. Ellos cuentan que Leticia era un chica normal, correcta, que iba a bailar sólo si tenía el permiso de ellos y que estaba saliendo con Luciano desde hace poco más de un año. Hacía dos meses y medio trabajaba cuidando una nena "cruzando la vía", como explicó Nélida, y cursaba el 7º grado en la escuela 1209, cerca de su casa.

En la cocina de su humilde vivienda de material, ubicada a dos cuadras de la subcomisaría 18ª, Nélida y Juan reconstruyen las últimas horas de Leticia. Afuera, en el patio de tierra, los cinco hermanos menores de la víctima juegan a las bolitas. "Es muy poco lo que pudimos saber del homicidio, porque no soy de salir mucho y prefiero quedarme en casa con mis hijos", cuenta la mujer. "Lo que dicen los vecinos es que trajeron el cuerpo y lo tiraron ahí", explica. Al lado, Juan, su pareja desde hace 12 años, no puede contener amargas lágrimas. El hombre trabaja en una distribuidora mayorista de alimentos.

Leticia es la hija mayor de Nélida. "Ella nació en Carlos Pellegrini y la crió mi mamá en la localidad entrerriana de San José de Feliciano", detalla la mujer. "Se vino a vivir conmigo hace menos de dos años. Estaba en 7º de la nocturna", comentó.

El 12 de junio próximo, Deo, como la conocían a Leticia, iba a cumplir 16 años. "Mi hija era una chica común y corriente. Cuando quería ir a algún lado me decía: «Má puedo ir» o «Me das permiso para ir». Era una chica de poco hablar", dijo Nélida.

Deo estaba de novia con Luciano, un pibe de 17 años que vivía a seis cuadras de la casa de la chica y a 120 metros de donde fue hallado su cuerpo. "Por cartitas que encontré, ellos estaban saliendo desde hace un año", relató la madre. "Con Luciano no había contacto", cuenta Juan. "El venía y se quedaban hablando en la vereda o en el patio, debajo del paraíso", recordó.


Un pibe "piola"
"A mi siempre me pareció un pibe piola. Una vez se llevó a uno de mis hijos para trabajar en una changa", explicó. "Por eso cuando ella (por Nélida) me dijo que faltaba Leticia le dije: «Dejalos. Deben haber ido a comprar algo. Mañana es feriado. No te preocupés. Está con el novio y si salieron tan mal no deben estar»", rememoró Juan, quien recuerda que cuando dijo esa frase eran las 2 del 1º de mayo.

"Nunca quisimos presionarla. La consigna era: «Vos andá al baile, pero a las 6 tenés que estar durmiendo». Y nunca falló", rememoró Juan. Lo que cuentan los padres de Leticia es que algo no andaba bien en la relación entre los jóvenes. "El domingo al mediodía me pidió permiso para ir a la casa de Luciano a devolverle sus cosas porque habían terminado", relató Nélida. Sin embargo, el domingo por la tarde Luciano fue a la casa de Leticia y estuvieron charlando en la vereda. "Estuvimos hasta las 12 de la noche en el patio y ellos estaban conversando. Después nos fuimos a dormir y ellos quedaron ahí", dijo Juan.

Nélida y Juan se durmieron. A las 2 de la mañana la mujer se despertó y fue a ver si su hija ya se había acostado. "Me levanté porque me sorprendió que no me hubiera avisado que entraba. Lo normal era que terminara de charlar, entrara y cerrara la puerta. Pero esa noche no entró, no me llamó y cuando me desperté no estaba", relata con angustia en la voz. "Y no fue como pusieron en el diario. Ella no había discutido conmigo", recalcó Nélida. "Ella no se fue peleada conmigo", remarcó. Lo que sucedió durante esas dos horas sólo lo puede explicar Luciano. "Cuando nos acostamos él se la llevó. No sé si fue por las buenas o por la malas, pero se la llevó".

Con la angustia por no saber qué pasó, la familia empezó a buscarla y a las 16 del lunes hicieron la denuncia de desaparición en la sub 18ª. "Ella llevaba un celular y la llamamos, pero me atendió una mujer y me cortó", contó Nélida. "Juan le mandaba mensajes de texto para ver si ella necesitaba que la fuéramos a buscar a algún lugar. Pero nunca respondió", rememora.

Así, en medio de una búsqueda paralela a la de la policía, pasaron las horas. Hasta las 10 de la mañana del miércoles 3. "Un amigo de Leticia golpeó las manos y preguntó: «¿Está la señora?». Cuando salió mi mujer el pibe le dijo: «¿Vino Leticia? Porque cerca de mi casa encontraron el cuerpo de una piba muerta y está la policía». Y nos fuimos para allá", recordó el hombre.

"La policía nos dice que a Luciano lo van a encontrar, pero no vemos mucho movimiento. Igual, nosotros todos los días pasamos por la sub 18ª", explica Juan. "Al hombre que se entregó lo conocemos porque una vez Leticia nos pidió permiso para ir a comer a la casa del padrino de Luciano, en Villa Gobernador Gálvez", relató. "Sabemos que el padrino cuenta que a Leticia la baleó por accidente. Si como dicen es un ex policía que la baleó por error en la oscuridad, cuando encendió la luz, ¿por qué no la llevó a un hospital en lugar de tirarla en el basural?", se preguntó Juan.

"Lo que siempre le pedía a Leticia era que terminara la escuela, que si quería seguir estudiando la iba a ayudar", explica Nélida. "A ella le había surgido la idea, como era flaquita, de que podía ser modelo. Y le dije que en la vida todo podía pasar, pero que para eso tenía que estudiar", contó la madre. Y saliendo al cruce de las versiones que hablan de que Leticia estaba ligada de alguna manera a la prostitución, Nélida fue tajante: "Como era ella, no me suena probable esto que dicen. Lo que no sabemos fue qué pasó esos dos días que no estuvo con nosotros".
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La doble imagen de Leticia en una foto de su cumpleaños de 15.

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Un descargo con muchas fisuras y contradicciones



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