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domingo,
14 de
mayo de
2006 |
Viajeros del tiempo
Rosario 1900-1905
La locura y el dedo pulgar. El director facultativo de uno de los principales manicomios dice: "Hay una señal infalible de la presencia o de la aproximación de la locura. Si la persona de quien se sospecha no hace uso del dedo pulgar, si lo mantiene casi en ángulo recto con el resto de la mano y no lo emplea ni para ningún ejercicio manual, ni siquiera casi para escribir, puede darse por seguro que sus facultades mentales no están bien equilibradas. Puede hablar muy razonablemente y ocultar por completo que tiene enferma la mente, pero por mucha que sea su habilidad el pulgar lo denunciará siempre de una manera infalible".
Un buen baño. El ciudadano Carlos Madurera, portugués, de 53 años, fue ayer víctima de un accidente que por poco le cuesta la vida. A eso de las once de la noche del lunes y bajo la menuda y molesta lluvia, Madurera pescaba desde los muelles nacionales, y cuando más entusiasmado estaba moviendo su línea en cuyo anzuelo creía ya tener el deseado pescado, la mala suerte quiso que resbalara y fuera a parar a las profundidades del río Paraná. No obstante la terrible oscuridad que reina por esos sitios, el pescador frustrado nadando y tanteando pudo abrazarse a uno de los pilotes del muelle donde permaneció ¡siete horas! ¡Siete horas con más de medio cuerpo metido en el agua ya es un buen baño! A eso de las seis de la mañana un marinero de facción en esos muelles sintió unos gritos y alaridos que lo sorprendieron. Luego no fue nada más que encontrar al desgraciado y conducirlo al cuartel de marina, donde se dió una buena fricción y luego se quedó como si tal cosa.
Moralizando a la policía. El jefe político dio ayer la siguiente orden del día: 1º -Hasta nueva orden los señores oficiales del cuerpo de vigilantes y del escuadrón de seguridad se entenderán directamente con el comisario de órdenes en todo lo referente al mando de esos cuerpos. 2º -Desde la fecha quedan sin efecto todos los permisos concedidos para llevar armas. 3º -Los certificados de médicos de policía deberán ser escritos con tinta. 4º -Habiéndose notado ciertas deficiencias en el modo de comportarse de los vigilantes, se les recomienda que deben dar la vereda a todos los transeúntes, respetar y hacer respetar a toda dama o señorita de cualquier clase que sea, ser atentos y comedidos siempre y en todas partes; ofrecer la mano a los niños o señoras al bajar de tranvías o coches; obligar a los coches y carruajes a transitar por el lado que les corresponde; no permitir que estos obstruyan el paso de los demás y a los transeúntes; no permitir que vayan sin los faroles encendidos a la hora reglamentaria, sea quien sea la persona que los ocupe.
La calle Tucumán está obstruida. Todas las calles paralelas a la de Tucumán están abiertas al tráfico público desde las barrancas del río hasta los confines del municipio. Sólo ésta se encuentra obstruída y cerrada apenas se cruza el boulevard Santafecino (luego Oroño) porque existen dos o tres terrenos que impiden el paso de vehículos y transeúntes y por lo cual los vecinos tienen que dar vuela por las calles vecinas para poder dirigirse al centro de la ciudad. La calle Tucumán debe abrirse como las demás hasta más allá de la de Pueyrredón, con el consiguiente puente sobre la zanja que allí existe.
Investigación y realización Guillermo Zinni. Ver La Capital de 1902 y 1904.
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