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 domingo, 14 de mayo de 2006  
Sonder: primera generación

Sonder nació "por casualidad". En los comienzos de la década del 90 se hacía imposible conseguir ropa deportiva de lycra porque el material escaseaba y las casas de indumentaria no tenían forma de conseguirlo. Fue así que la entonces atletista Silvana Dal Lago y su esposo profesor de educación física Claudio Verasio, más conocido como Lolo, decidieron confeccionar ellos mismo su ropa para las competencias. Casi sin darse cuenta, los amigos y compañeros de deporte empezaron a encargarles y comprarles las prendas por la alta calidad, calce y terminación. También aprovecharon la escasez y llevaron algunas a las casas de deporte. Como los pedidos aumentaban compraron dos máquinas industriales y finalmente en 1992 nació Sonder, luego de montar un stand en un evento deportivo y de que el público arrasara con todo.

Silvana contó que después de la competencia decidieron que "esto era algo serio" y crearon la empresa, previa registración de la marca que como las prendas tenían la letra S por Silvana buscaron alguna palabra con esa consonante. No querían que fuera en inglés entonces buscaron en el diccionario alemán, Sonder singnifica edición limitada.

En septiembre de 1992 abrieron el primer local y ahora cuentan con 12 comercios, aunque dos son de un tío de Silvana y uno de un amigo del matrimonio que se formó hace 21 años y actualmente tiene cuatro hijos entre 12 y 8 años. "En un comienzo todos hacíamos todo pero ahora nos repartimos las tareas. Lolo se ocupa más de las relaciones institucionales, de los proyectos y yo de la producción, y el diseño los compartimos".

El reparto de las tareas incluye a otros familiares de Silvana, su hermana se encarga de las ventas mayoristas y su tío, dueño de dos locales, hace bancos y maneja las cuentas. Aunque también trabajan con otros clientes, un hermano abogado atiende las cuestiones de Sonder y otra hermana arquitecta también atiende los requerimientos de la empresa.

También agregó que hay muchos parientes en la empresa. "Si una persona funciona toda su sangre es del mismo estilo", confió Silvana, al tiempo que subrayó que "si estas a gusto trabajas mejor por eso no hay gerentes ni directores, sólo referentes para dirigirse a alguien cuando es necesario". Respecto de sus hijos advirtió: "Siendo hija si mis viejos hubiesen tenido una empresa no me hubiese gustado trabajar con ellos. Veremos qué pasa, hasta ahora están metidos en el tema del deporte y nada más".
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