Año CXXXVII Nº 49110
La Ciudad
Política
Información Gral
Opinión
El Mundo
La Región
Policiales
Cartas de lectores



suplementos
Ovación
Señales
Escenario
Economía
Turismo
Mujer


suplementos
ediciones anteriores
Salud 03/05
Página Solidaria 03/05
Turismo 30/04
Mujer 30/04
Economía 30/04
Señales 30/04
Educación 29/04
Estilo 29/04
Autos 27/04

contacto

servicios
Institucional

 domingo, 14 de mayo de 2006  
Francovigh: hay que saber delegar

Francovigh nació en 1944 y desde sus comienzos se dedica a la producción de piezas y equipos para la industria. A lo largo de los años los sectores petrolero, gasífero, minero, petroquímico, acero, energía, agrícola y automotriz se transformaron en los impulsores de esta firma rosarina. Con tan sólo 19 años, René Francovigh se hizo cargo de los negocios de su padre que por razones de salud no podía continuar al frente de la firma y junto a su hermano Enrique y Luis Travesaro formó Francovigh y Cía.

En los inicios el corte de chapas de espesor grueso se convirtió en el motor de la firma pero los inquietos empresarios querían sumar proyectos. Una de las primeras aventuras consistió en la compra de un pantógrafo eléctrico para contar chapas con precisión y así reemplazar el corte por oxígeno y acetileno. Con el paso del tiempo la empresa se transformó en una sociedad anómima y Luis Travesaro dejó de formar parte en 1971. Antes en 1968 se compró el terreno de Circunvalación y Ovidio Lagos donde hoy se encuentra la planta.

Otros de los desafíos de Francovigh fue la adquisición de Forja SA, una empresa que supo producir las bielas de los tractores Fiat y Deutz y los motores Perkins y Massey. En 1984 se compró la firma que llevó más de un dolor de cabeza porque las cuentas no eran como se creía. Actualmente está en manos de René Francovigh (h).

La filosofía del fundador era "dividir los trabajos". Así como Forja quedó en manos de uno de sus hijos, la fábrica de Circunvalación y Ovidio Lagos quedó a cargo de Edgardo, el primogénito "porque desde chico se compenetró con el trabajo y además estudió ingeniería", dicen. Pablo, quien también siguió la misma profesión se metió en la empresa y Gabriela trabaja en el área de contaduría, aunque sólo algunos días. Silvia y Carlos se dedicaron a otra actividad.

René Francovigh en su libro "En Argentina también se puede" indica que "tener una muy buena familia es un factor muy importante porque ayuda a la buena predisposición para enfrentar el trabajo". Junto a Ana María tiene seis hijos y quince nietos.

"Para el buen funcionamiento de una empresa es muy importante saber delegar, especialmente en la toma de decisiones más difíciles.
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo


Notas Relacionadas
Negocios familiares: más difícil que compartir el baño


  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados