Presidente nigeriano exige más seguridad tras explosión de oleoducto

Abuja/Nairobi- Un día después de que la terrible explosión de un oleoducto en Nigeria causara la muerte a al menos 200 personas, el presidente Olusegun Obasanjo exigió hoy aumentar la seguridad en este tipo de conductos.

Según la radio nigeriana, Obasanjo anunció además que se pondrá en marcha una investigación del incidente, al parecer desencadenado por varios ladrones de combustible que perforaron las tuberías.

Entre tanto, las tareas de desescombro continúan en el pequeño pueblo pesquero de Inagbe, a las afueras de la poblada ciudad de Lagos. Ya en la tarde del viernes se enterraron en la playa unos 150 cadáveres que había quedado calcinados.

“Todavía hay más cadáveres y debemos darnos prisa porque constituyen un riesgo para la salud”, dijo el comisario de policía Emmanuel Adebayo. Mientras, el pueblo está siendo pulverizado con desinfectantes. Algunos cuerpos fueron arrastrados por la onda expansiva hasta los humedales de mangle, por lo que han sido necesarios buceadores para las tareas de rescate.

Por el momento no hay cifras oficiales sobre el número de víctimas. Un portavoz de la compañía petrolera habló de hasta 300 muertos, entre ellos numerosos aldeanos que intentaban sacar combustible de la grieta del oleoducto. Los voluntarios que participan en las tareas de desescombro han encontrado unos 500 bidones y mangueras en el lugar de la explosión.

Los ladrones habían perforado una tubería que conducía combustible altamente inflamable de la compañía petrolera estatal desde un depósito a las afueras de Lagos hasta la metrópolis. En la mañana del viernes se produjo un violento incendio cuyas columnas de humo se podían contemplar desde una enorme distancia. Para extinguirlo fueron necesarias varias horas, señaló la Cruz Roja nigeriana.

En los últimos años varios incidentes similares han causando al menos 1.000 muertos en Nigeria. En 2005 fallecieron unas 100 personas debido a la explosión de un oleoducto en una localidad cercana, donde varios ladrones perforaron tuberías que transportaban tanto combustible como crudo para venderlo en el mercado negro.

Mientras fueron puestos en libertad otros tres extranjeros que habían

sido secuestrados el jueves.