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sábado,
13 de
mayo de
2006 |
Sacude a Bélgica una
serie de ataques raciales
Bélgica sigue sacudida por el asesinato de una mujer de 24 años proveniente de Mali y el de una niña de dos años que estaba bajo su custodia en el centro de la ciudad portuaria de Amberes. El autor de los disparos fue un estudiante de 18 años, quien ayer confesó la autoría del crimen. En el ataque, también causó graves heridas a una mujer turca. Este ha sido el último de una serie de episodios violentos generado por odio racial.
El atacante, que se había armado de un fusil y que fue reducido luego de que un policía le disparara en el estómago, dijo que quiso matar a personas de origen extranjero. Sigue internado bajo arresto en un hospital.
Cientos de manifestantes desfilaron silenciosamente por Amberes ayer para repudiar el hecho. "Todos en nuestro país tienen que darse cuenta de lo que puede producir un clima de intolerancia", dijo el primer ministro Guy Verhofstadt, quien dijo estar "escandalizado".
Los incidentes violentos en perjuicio de personas no caucásicas han aumentado desde que un joven blanco fue asesinado el mes pasado para robarle un reproductor portátil. Se dijo primero que los asesinos eran norteafricanos, pero finalmente la policía arrestó a dos sospechosos polacos.
Desde ese asesinato, la televisión ha difundido incidentes de marca racista. Imágenes en circuito cerrado de televisión muestran a un hombre negro golpeado y pateado frente a una estación de servicio, en Bruselas, porque no sacó rápidamente su automóvil de la bomba de abastecimiento. La víctima quedó parcialmente ciega y paralizada debido al ataque.
Un hombre de ascendencia africana fue golpeado y quedó en estado de coma frente a un bar frecuentado por la extrema derecha. Tres cabezas rapadas fueron arrestados. También hubo un incendio de origen sospechoso en una casa donde viven descendientes de africanos.
Amberes ha sido desde hace tiempo centro de la extrema derecha. El partido Interés Flamenco, que tiene un programa opuesto a los extranjeros, ha crecido en la última década hasta convertirse en el mayor de la ciudad. (AP)
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La muerte de una mujer de Balí en Amberes desató le repudio ciudadano.
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