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miércoles,
10 de
mayo de
2006 |
Resuelven con inmunomodulares dolencias reumatológicas
Los doctores Guillermo Báez y José Ramírez utilizan inmunoterapia para tratar dolores en la mano
Los inmunomodulares resuelven hoy un grupo importante de enfermedades autoinmunes y abren un campo de investigación a otras patologías que hasta el presente no encuentran respuesta en los tratamientos convencionales. Así lo manifestaron a La Capital los doctores José Ramírez y Guillermo Báez, quienes decidieron encarar juntos el tratamiento de afecciones mecánicas de la mano que no respondían a la terapia habitual.
Ramírez, especialista en traumatología, estaba acostumbrado a tratar el dolor e inflamación de la mano mediante cirugía. Pero ocurría que luego de la intervención, algunos pacientes con dolencias tales como túnel carpiano, tendinitis, dedo en resorte y otras, no lograban calmar los dolores y lejos de aquietar los síntomas, se agravaban.
La solución vino de la mano de la inmunología que halló en estos pacientes un componente reumático provocado por la alteración del sistema inmune. Allí es donde se volvió necesaria la intervención del inmunólogo Guillermo Báez. "Al investigar la causa del dolor mediante un análisis de sangre efectuado por biología molecular aparecía que la causa tenía una raíz reumática ocasionada por una enfermedad autoinmune", dijo Báez a La Capital.
Las patologías reumáticas son de origen autoinmunitario, por lo que corrigiendo la distorsión del sistema inmune, el síntoma generalmente manifestado con dolor e inflamación en las articulaciones, desaparece.
A partir del trabajo conjunto entre el traumatólogo y el inmunólogo surgieron nuevas soluciones para problemas que parecían no tener respuestas. "Estamos probando juntos tratamientos que antes eran impensados, hasta para algunas infecciones en los huesos que anteriormente se resolvían con la amputación del miembro", dijeron.
"En las enfermedades autoinmunes habitualmente se deprime el sistema inmune para que no agreda al propio organismo, mediante la utilización de corticoides y antipalúdicos. Nosotros hacemos lo contrario: lo estimulamos para que se vuelva tolerante", explicó Báez.
El tratamiento con inmumodulares por vía oral (pueden ser comprimidos o soluciones orales) hace que en poco tiempo desaparezca el dolor y la inflamación, y con ellos, la invalidez que provocan en quien los padece. En las colagenopatías o enfermedades autoinmunes, el síntoma principal es la altralgia (dolor en las pequeñas articulaciones).
"Generalmente el paciente consulta por dolor en la mano, o porque se le traba un dedo, o se le duerme la mano de noche. Esas manifestaciones son frecuentes en las enfermedades autoinmunes, entre las cuales se encuentran la artritis reumatoidea, lupus y vasculitis autoinmunitaria. Todas tienen un denominador común que es la inflamación", relata Ramírez.
"La causa del dolor en la mano puede ser variada. Cuando los tendones se inflaman por causas reumáticas, hay que buscar una alteración del sistema inmune antes que someter a la persona a una cirugía que no resolverá el problema", apunta el traumatólogo.
Inmunoterapia
"La inmunoterapia es una tendencia en el mundo, donde ya no se recurre más a la depresión del sistema inmune", explica Báez, quien la semana próxima estará en México invitado a participar del 3º Simposio Internacional de Inmunología. Durante el encuentro el especialista presentará su experiencia clínica en pacientes sometidos a tratamientos de tolerancia inmunológica.
La inmunoterapia utiliza inmunomodulares, que son aminoácidos (péptidos y cadenas peptídicas) que se suministran por vía oral. Por tratarse de sustancias similares a las del propio cuerpo, no tienen contraindicaciones ni efectos adversos.
A nivel del intestino los linfocitos efectúan el proceso de reconocimiento del antígeno, evitando el mecanismo de agresión a la propia célula. "El linfocito (célula de defensa) lo único que puede reconocer son péptidos y cadenas peptídicas. En el caso de la artritis reumatoidea, por ejemplo, se suministran péptidos de colágeno tipo dos. Cuando el linfocito reconoce el colágeno y migra a la circulación sistémica, lo deja de agredir porque lo reconoce como propio. En realidad le actualiza la información que por algún motivo está alterada. Cuando los linfocitos pierden esa capacidad de reconocimiento se desencadenan las enfermedades autoinmunitarias (pérdida de la tolerancia inmunológica)", explicó el inmunólogo.
El especialista prepara junto a otros médicos rosarinos un protocolo de investigación para demostrar la efectividad de los inmunomodulares en el tratamiento de la artritis reumatoidea.
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Los doctores Báez y Ramírez probaron con éxito la inmunoterapia.
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