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miércoles,
10 de
mayo de
2006 |
Medicina preventiva
José M. Cantú: "Pronto llevaremos una tarjeta con nuestra información genética"
El genetista mexicano habló de revelarse contra el destino de los genes
Clarisa Ercolano / La Capital
Prevención de enfermedades, tratamientos innovadores y hasta un chip donde se condensan los códigos genéticos de cada persona. La medicina genética se presenta como la panacea que en un futuro cercano permitirá mejorar notablemente la calidad y las expectativas de vida. Sin embargo, José María Cantú, presidente de la Federación Internacional de Sociedades de Genética Humana y profesor investigador de genética humana en la Universidad de Guadalajara, está convencido de que, en muchas ocasiones, "es posible revelarse contra el destino genético" y al respecto mencionó que "si una persona está predispuesta genéticamente a tener un infarto después de los 40 años, y podemos saberlo antes, empezamos a trabajar en el campo de la prevención".
Cantú pasó por Rosario invitado por la Comisión de Bioética del Colegio de Médicos de la Provincia de Santa Fe y dictó una conferencia sobre "Medicina genética y sociedad". En diálogo con La Capital, anticipó que una de las áreas donde la especialidad reviste un grado de aplicación inmediata, es la del manejo metabólico de fármacos. "Uno de cada 25 pacientes que muere en un hospital, fallece por reacciones adversas a los medicamentos", reveló el médico, quien explicó que esto sucede por alteraciones de los genes productores de las enzimas que metabolizan los fármacos de manera incorrecta.
"Hay individuos que necesitan una dosis hasta diez veces mayor de un medicamento prescripto, debido a que lo metabolizan demasiado rápido, mientras que otros metabolizadores lentos requieren la cuarta parte de la dosis que la empresa farmacéutica recomienda", explicó el especialista. "Existe una veintena de genes relacionada con el metabolismo de los fármacos. Este estudio no cuesta más de seis pesos", aclaró y anticipó que "muy pronto habrá tarjetas magnéticas con la información sobre nuestra capacidad genética para metabolizar drogas en todos los hospitales", vaticinó.
Detección de enfermedades
La medicina genética hasta hace un tiempo sólo se tomaba en cuenta para detectar enfermedades en edades tempranas, tales como el síndrome de Down o malformaciones congénitas como el enanismo. Sin embargo, cada vez más en el adulto, se manifiestan trastornos por fallas genéticas.
Los genes pueden definirse sintéticamente como los comandos para la generación de proteínas en el cuerpo humano. Según la patología, desde la genética pueden aportarse soluciones. Tal el caso de la hormona responsable del crecimiento o de las hormonas tiroideas, fácilmente reemplazadas por inyectables o comprimidos de administración oral. "Si las proteínas son circulantes, pueden ser sustituidas", explicó Cantú, y agregó que, cuando están situadas dentro de la célula, como el caso de la distrofia muscular, es más difícil hacer algo.
Las pruebas para detectar genes específicos en materia de prevención no requieren de demasiada complejidad y pueden hacerse en Latinoamérica, no así los mapeos genéticos completos. Cantú invitó a la población a observar a su grupo familiar directo y reparar en las enfermedades más frecuentes. "Conociendo los factores de riesgo se pueden hacer diagnósticos predictivos", dijo.
La predisposición genética a padecer cáncer, cardiopatías y enfermedad de Alzheimer pueden detectarse en forma temprana. Sin embargo, Cantú aclaró que "la predicción genética es relevante, pero debe ser secreta, privada y manejada con cautela".
"Se conocen 123 genes que producen hipertensión arterial, por lo tanto, lo que era una enfermedad, se convierte hoy en un síndrome, ya que puede ser causado por diferentes tipos de mutaciones genéticas", explicó Cantú. A modo de ejemplo, refirió que usualmente al hipertenso le suprimen el consumo de sal, pero hay una forma de hipertensión que, contrariamente, empeora con esta recomendación.
Dentro del mismo rango se ubica la enfermedad de Alzheimer, catalogada como una patología que afectaba sólo a personas adultas. "Hoy ya no es así, hay manifestaciones tempranas que arrancan a los 30 años, y doce formas genéticas identificadas", indicó Cantú. Otro ejemplo similar es el de la obesidad. "Una docena de genes predisponen a no sentir saciedad, la persona no puede terminar de comer porque el reflejo de saciedad no se produce".
En cuanto a los adelantos en materia genética, el genetista admitió que las grandes investigaciones se hacen en los países desarrollados. "En Latinoamérica se perdió el tiempo y recién ahora se está tomando conciencia de la importancia de la medicina preventiva, pero aún estamos lejos de los países desarrollados, por más que tengamos buenos investigadores, el problema es el acceso a los adelantos tecnológicos".
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Cantú es uno de los médicos genetistas más reconocidos de América.
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