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miércoles,
10 de
mayo de
2006 |
Moda otoño-invierno: la
onda romántica convive
con un estilo militar
Chaquetas cortas, polleras folk, "knickers" y muchos, pero muchos detalles: en piel, terciopelo, cuero o bordados
Algunos lo llaman "estilo ruso", otros hablan de un mix entre la onda romántica y una línea militar. Lo cierto es que nada más chic para esta temporada que la combinación de polleras folk -en capas, amalgamando materiales, colores y texturas- con camperas a la cintura de corte armado, charreteras y botones de metal, al mejor estilo militar.
Entre los colores reinan los tierras -chocolate, visón, beige, crudo y verde musgo- en contraste atrevido con el azul petróleo o el uva. Y el negro, por supuesto, es dueño y señor de la noche, sobre todo si va rodeado de encajes o terciopelo.
Entre los pantalones volvieron los knickers, justo por debajo de la rodilla, y los rectos dentro de botas de caña alta. Pero lo que más se ve en las vidrieras son prendas decoradas con materiales diversos: piel en cuellos de pulóveres y abrigos, bordados en lentejuelas, piedras, monedas y canutillos, apliques sobre jeans, fajas labradas, tejidos de lana y lúrex, y todo tipo de detalles, hasta en los botones.
Ese mismo fenómeno se traslada a accesorios como carteras, cinturones, chalinas y pañuelos. En cuanto al calzado del invierno, varias novedades: la convivencia ultrapacífica entre zapatos muy puntiagudos (¡ay!) y los de horma bondadosamente redondeada, entre ellos las "gacelitas" (chatitas, bordadas, con brillos, texturadas). Y en botas, todo, pero sobre todo las elegantísimas y siempre clásicas de caña alta, y el regreso con gloria de las texanas.
Los abrigos vienen pisando fuerte. En versión geométrica y forma acampanada, en trenchs con cinturón a la cintura, en chaquetas cortas militares (con charreteras, botones cilíndricos de metal, martingalas, cuellos mao), y en mucha, pero mucha piel sintética, ya sea como detalles de camperas o como puro material de confección, incluso hasta en boleros, que siguen haciendo furor.
Las polleras también adaptaron en algo sus materiales al invierno, pero continúan con la onda campesina, folk, romántica y hasta hippie de la temporada anterior. La combinación de materiales y colores entre las franjas (por ejemplo, tierra y azules) permite combinaciones y usos más que variados.
Según las encargadas de los locales consultadas por La Capital, "los precios de las prendas básicas no variaron demasiado con respecto al invierno pasado, excepto cuando están muy trabajadas, por ejemplo, con bordados y apliques en cuero, terciopelo, metal o piel". Será así, pero lo cierto es que se ven precios altos, aunque como siempre hay una amplísima variedad según calidad, marcas y locales. "Hay que saber pichinchear", confiesa la empleada de una boutique cuyas prendas, paradójicamente, no son lo que se dice baratas.
Sobre lo que casi no hubo discrepancia en las respuesta de las vendedoras fue sobre los colores de moda. Y además basta con mirar las vidrieras para comprobarlo. El marrón oscuro (qué va a hacer, "chocolate"), visón, beige y verde musgo (un verde también oscuro desaturado con gris) son tiranos. También se encuentra algo de azul petróleo o cobalto, "uva" o "vino", y el negro eterno. Pero poca cosa más.
Y en pantalones, algunas novedades. Por suerte ya no es rey déspota el tiro bajo, sino que convive con otras alturas de cintura. Pero además volvieron los rectos, y hasta el "bombilla", los knickers (estilo capri o pescador) y las babuchas. Como siempre, de jean, de corderoy (un material muy fuerte este invierno), de paño o de pana. Y mucha presencia del cinturón, e incluso de las fajas.
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Fotos
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Chocolate, crudo, visón, beige: los colores tierra dominan la moda de la temporada.
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