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domingo,
30 de
abril de
2006 |
Editorial
La ciudad, cara a cara con el futuro
Un mismo día, el miércoles pasado, fue testigo de tres anuncios espectaculares para Rosario: el tren rápido a Buenos Aires, el arranque del Plan Circunvalar y el paseo peatonal desde la Estación Fluvial hasta avenida Pellegrini. Son pasos gigantes hacia una urbe nueva, que muy pocos vislumbraban cuando estalló la crisis en diciembre de 2001 y que ahora ya es plena realidad.
A muchos, aún, no les parece cierto. Y sin embargo, pese a la dolorosa permanencia de graves desigualdades sociales, Rosario avanza a pasos cada vez más perceptiblemente largos rumbo a un impensado futuro, cargado de realizaciones. En un mismo día, el pasado miércoles, tres anuncios trascendentes para la ciudad fueron efectuados casi en simultáneo. Tres títulos que hubieran merecido con largueza el espacio más destacado de la tapa de La Capital compitieron entre sí y hubo que optar por uno, aunque su notable importancia pueda ser parangonada.
La decisión fue privilegiar la espectacularidad del tren rápido que unirá a la urbe con Buenos Aires en poco más de cien minutos, gracias al tendido de una línea férrea electrificada. El llamado a licitación se efectuará durante el transcurso de la semana que comienza hoy y se estima que la inversión total rondará los quinientos millones de dólares.
Mucho menos impresionante pero también altamente significativa fue la confirmación de que se licitarán los seis primeros segmentos de la megaobra vial y ferroviaria sobre la traza de la ruta AO12, en lo que será el esperado arranque del Plan Circunvalar, clave para la definitiva consolidación de la región como polo agroexportador de relevancia mundial.
Y dentro de la gran recuperación de la costa que se viene plasmando en los últimos años, la misma jornada asistió a la anticipación del plan urbanístico del Ente del Puerto Rosario (Enapro), por el cual se anunció la concreción del paseo ribereño entre la Estación Fluvial y avenida Pellegrini, creando un espacio privilegiado para la urbe que incluirá hoteles, restaurantes y un centro de convenciones. Bienvenida ratificación, sin dudas, de una lúcida tendencia que ha permitido a los rosarinos reencontrarse con la deslumbrante belleza del Paraná.
La ciudad que será, por lo tanto, ya comienza a parecerse a la ciudad que es. La misma que en plena crisis parecía no poder emerger del desastre y que hoy -más confiada que nunca en su propio esfuerzo, pero recibiendo gran apoyo de la Nación y la provincia- se ve como nunca próspera, pujante y hermosa.
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