Editorial

La importancia de un pequeño gesto

Las emanaciones de dióxido de carbono, provocadas por la actividad humana, generan el fatídico efecto invernadero, disparador del calentamiento global. Los aparatos eléctricos en “stand by” —televisor, computadora, equipo de música— gastan energía superflua. Apagarlos cuando no se los usa es tener conciencia ecológica.

En momentos que la cuestión ambiental se torna crucial en todo el globo, y constituye el nudo sobre el cual se ha creado la dura controversia entre Argentina y Uruguay por la cuestión de las papeleras, se torna valioso comprender cuáles son las posibilidades que tiene el ciudadano común para preservar su entorno, puesto en peligro tanto por la voracidad de las corporaciones económicas como por el accionar negligente de las personas.

Y a pesar de que el escepticismo suele ser la sensación dominante en esta sociedad en relación con el peso de los actos individuales, siempre ha sido de uno en uno que se construyeron las multitudes. La conciencia ecológica y el obrar consecuente de cada ser humano contribuyen, innegablemente, a cuidar y mejorar el hábitat en que vivimos.

La reflexión surge como consecuencia de la difusión pública de una información que muchos pasaron por alto y que mereció un espacio escaso en los medios, al menos en relación con su importancia: la enorme cantidad de dióxido de carbono que liberan a la atmósfera los aparatos hogareños que permanecen en "stand by" o en espera.

La comodidad es el factor decisivo: son incontables quienes dejan en ese estado a sus televisores o equipos de música para poder encenderlos luego velozmente con sólo oprimir un botón del control remoto. Pero de acuerdo con un estudio realizado poco tiempo atrás en el Reino Unido, los equipos de música en stand by producen 1,6 millón de toneladas de dióxido de carbono al año, los videos y DVD generan 1,06 millón y las TV, 480 mil toneladas. En total, son 3,1 millones de toneladas rumbo a la atmósfera.

Ya resulta un lugar común, a esta altura, aludir a las fatídicas consecuencias del efecto invernadero, que provoca el temido calentamiento global. Y son las emanaciones de dióxido de carbono causadas por la actividad humana -fundamentalmente las industrias y los escapes de los automóviles- las que aceleran el peligroso fenómeno, del cual los especialistas afirman que si continúa a este ritmo podría desembocar en el derretimiento de los polos, con las imaginables catástrofes subsiguientes.

En este caso, para atenuar la amenaza bastará con que cada usuario apague efectivamente el aparato hogareño que no utilice, sea éste el equipo de música, el DVD, la videocasetera, el televisor o la computadora. Con ese pequeño paso se recorrerá una significativa distancia. Nada cuesta darlo.