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sábado,
29 de
abril de
2006 |
A puro country
Paulina Schmidt
La ciudad crece y los espacios verdes también. Contrarrestar el trajín diario se convierte en una prioridad a la hora de mantener cierta calidad de vida en el seno familiar.
Diferentes emprendimientos se instalaron en Rosario y localidades cercanas para hacer frente a este paradójico contexto. Ahora, habitar y transitar por las grandes urbes sólo tiene sentido si al final del día o de la semana encontramos un lugar para descansar, donde la naturaleza y el silencio envuelva lentamente.
Estilo efectuó una recorrida por los countries de la zona con el objetivo de relevar cuáles son los servicios y comodidades que ofrecen, y por qué cada vez más gente se inclina por esta nueva forma de vida.
Diez años atrás, pensar en un emprendimiento con estas características era exclusivo de Buenos Aires. Hoy, gracias a un grupo importante de inversores el efecto country desembarcó en la ciudad y alrededores. En predios que varían de cuatro a doscientas hectáreas, casi veinte proyectos -entre countries y clubes de campo- ofrecen seguridad, servicios y deportes.
Antiguos cascos de estancia, tierras agrícolas ganaderas y lotes especialmente forestados gestaron un nuevo panorama. Funes, Roldán, Ibarlucea, Oliveros, Timbúes, General Lagos, y dentro de la ciudad, Fisherton y la zona sur, se convirtieron en lugares seguros y propicios para instalar barrios privados.
A través de accesos rápidos, las distancias prácticamente no existen cuando se trata de disfrutar de la vida al aire libre. Acostumbrados a vivir alejados del centro de la ciudad, Silvia y Pablo Cañas se instalaron en Puerto Roldán hace tres años y reflexionan acerca de su experiencia. "Antes vivíamos en Fisherton, y cuando nos mudamos al country, había mucho por hacer, ya que no disponía de la infraestructura y los servicios actuales. Fuimos los primeros que apostamos a este lugar y ahora lo disfrutamos junto a nuestra hija".
La pareja participó de cerca de los comienzos del barrio que inauguró las instalaciones del club house para su fiesta de bodas, y además, una de las calles lleva el nombre de Las Cañitas, en alusión a su apellido.
Los matrimonios jóvenes buscan un lugar tranquilo y seguro para sus hijos. Para los adultos, en cambio, se convierte en una alternativa de descanso diferente. El club de campo y el barrio cerrado ofrecen servicios y comodidades similares. Pero la diferencia radica en que el primero se emplaza sobre áreas rurales de grandes dimensiones, con un diseño abierto a cualquier nuevo proyecto.
La naturaleza juega todas sus fichas en el lugar, que casi siempre a través de un lago o laguna regala frescura y una visual privilegiada del predio. Country del Lago y Puerto Roldán además proponen deportes náuticos variados.
El río con sus múltiples bondades, agrega un aditamento adicional y placentero a los tradicionales espacios verdes. Puerto Paraíso pone al descubierto las bellezas del Paraná, de igual modo que Solares del Carcarañá y Campo Timbó, ambos con una extensa costa a la vera del río Carcarañá.
Seguros en casa
Al momento de tomar la decisión, la seguridad influye igual o más que la infraestructura y otros servicios del lugar. Un circuito perimetral, vigilancia personalizada las veinticuatro horas, así como un portero visor, central telefónica y portones a control remoto garantizan la tranquilidad de los propietarios.
Una de las propietarias de Los Alamos, Irene Mazotta, hizo hincapié en esta cuestión y en muchos otros beneficios más que descubrió cuando dejó la zona norte de la ciudad un año y medio atrás. Casada y con tres hijos, toda la familia disfruta del contacto con la naturaleza y no tuvo inconvenientes a la hora de organizar su rutina diaria. "Enseguida nos adaptamos a los nuevos hábitos, con la ventaja de que nuestro hijo mayor maneja y estamos muy cerca de la ciudad. Tenemos los shoppings a quince minutos y mejores accesos que desde la zona céntrica".
De resultas de la recorrida surgió que el club house es uno de los sectores más representativos del barrio. Allí convergen las actividades sociales y los encuentros familiares. Situado en un lugar central y con acceso directo a la piscina, cada emprendimiento buscó darle un estilo arquitectónico diferente, rodeado por amplias galerías. Una sala de reuniones, el resto bar y el gimnasio son los usos más frecuentes.
De suma importancia también son los servicios que ofrecen cada emprendimiento, tales como la instalación de red eléctrica, el alumbrado público, el gas natural y el agua potable. Mediante tendidos subterráneos, los countries mejoraron notablemente la prestación.
Con el fin de resguardar la seguridad, la infraestructura y los espacios verdes, es preciso establecer reglamentos internos de copropiedad y edificación similares a los de un edificio. La calidad del barrio y la armonía de convivencia dependerán de cuestiones tan elementales como respetar los retiros entre medianeras y calles, las superficies mínimas y máximas de construcción, y la forestación.
La administración de cada barrio requiere de una persona responsable encargada de atender las necesidades de los vecinos. En Kentucky y Funes Hills, está representado bajo la figura legal del intendente. En cambio, en el country Cielo, un casero se ocupa de esta función.
Deportes y recreación
Los deportes ocupan un lugar preponderante en la vida social y recreativa del country. Tenis, fútbol, golf y las actividades náuticas son las favoritas, en su mayoría habilitadas para la competencia profesional.
Cada emprendimiento pone en evidencia sus preferencias a la hora de determinar qué disciplinas incluir en el diseño urbanístico. Lo mismo sucede con los propietarios. Por ejemplo, Cañas es nadador, y eligió un country con lago para realizar sus prácticas de nado; la familia Mazotta, de la mano de una de sus hijas, se inclinó por la equitación, un deporte que en Los Alamos concentra a un número importante de aprendices y aficionados.
Algunos barrios, incluso, se gestaron a partir de un deporte específico, como el Country Golf Rosario y La Carolina, diseñados en torno de la práctica del golf. Aunque incorporar el deporte a la vida cotidiana resulta sencillo, los más chicos son los que mejor y más rápido asimilan los nuevos hábitos.
La escuela de tenis y fútbol es otra tendencia que incorporaron los countries de mayor densidad.
Pero, ¿cómo se organiza cada barrio a la hora de practicar alguno de estos deportes? Por lo general, una planilla ordena los horarios y registra la actividad que cada propietario realizará. Cuando se trata de prácticas acuáticas en el lago, un reglamento especial estipula las actividades y las zonas habilitadas con turnos y horarios determinados. Las motos de agua o jet ski, por ejemplo, no pueden circular y se estipula un tiempo máximo de pasadas cuando se trata de esquí acuático.
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