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sábado,
29 de
abril de
2006 |
Comienza hoy en Rosario el XXV Congreso Nacional de Cardiología
"Las carencias del país impulsan la creatividad científica"
Así lo considera Juan Carlos Chachques, creador de una revolucionaria técnica para recuperar corazones dañados
Belén Travesaro / La Capital
El destacado cardiocirujano Juan Carlos Chachques, quien vivió largo tiempo en Rosario y ahora está radicado en Francia, está en la ciudad para participar del XXV Congreso Nacional de Cardiología que arranca hoy y tendrá como sede principal el edificio de la Bolsa de Comercio de Paraguay y Córdoba. En diálogo con La Capital, confesó que su formación en el país lo impulsó a avanzar en su carrera en el mundo. "Mis logros en Francia se deben, en gran parte, a haber aprendido en Argentina que con pocos medios se pueden lograr grandes cosas", dijo y subrayó que esa realidad lo volvió más creativo, le dio dinamismo y voluntad, y lo llevó a crecer en su profesión.
Es reconocido en el mundo por ser el creador del método "echarpe cardíaco", una revolucionaria técnica que permite recuperar corazones dañados mediante un trasplante de tejido que abraza la región afectada. Además es especialista en regeneración cardíaca: un método basado en células madre del paciente para reconstruir el corazón infartado o lesionado por otros trastornos.
Chachques, nacido en Godoy (provincia de Santa Fe), se desempeña actualmente como director de investigaciones cardiológicas en el hospital europeo Georges Pompidou de París.
Para el especialista, "el hecho de que en la Argentina haya institutos de investigación con problemas presupuestarios dificulta esa tarea. Pero a pesar de los límites, los médicos del país han aprendido a encontrar los caminos y avanzar", consideró.
El siglo de la vida
Chachques adelantó a este diario de qué se tratará la conferencia que dará hoy, a las 20, en el marco de la ceremonia inaugural del XXV Congreso Nacional de Cardiología. El tema se centrará en las características del paciente cardiológico del siglo XXI, y hará una comparación con el del siglo XX.
En el siglo XX la física y la química tuvieron un gran desarrollo y presencia. Pero esos avances no siempre se utilizaron con fines pacíficos y para la vida, sino para plasmar armas destructivas. La energía nuclear, por ejemplo, dio lugar a la bomba atómica; y los productos químicos, a la elaboración de medicamentos que destruyeron la naturaleza. "No se respetó la vida humana, la de los vegetales y animales, ni tampoco el equilibrio del planeta", remarcó Chachques.
El especialista dijo que espera que el siglo XXI sea el de la biología y la vida, es decir, el del estudio y defensa de la vida en todos sus aspectos. Precisamente, el profesional trabaja en esa dirección. Se especializa en las ramas de la biocirugía y la biocardiología, abocadas a regenerar tejidos dañados del corazón a partir de las células del propio organismo.
Para la regeneración de tejidos se utilizan células madre o progenitoras (stem cell, en inglés) del mismo paciente o de un donante, que luego de un proceso de aislamiento en laboratorio son implantadas. "Nuestro cuerpo tiene células madre que están dormidas, de reserva, y son capaces de reparar heridas, traumatismos y enfermedades", explicó.
La técnica se aplica en pacientes con patologías de la sangre como la leucemia, en quemaduras de la piel, úlceras de córnea y enfermedades neurológicas, entre otras. Está más desarrollada en Europa, Estados Unidos, Canadá, Japón y Corea.
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El experto que está radicado en Francia.
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