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sábado,
29 de
abril de
2006 |
¿A dónde van
los libros?
En el último artículo de Jack Benoliel, publicado en La Capital el pasado lunes 24 de abril, se pregunta: "¿Dónde van los libros cuando se van sus dueños?". Yo respondo a su preocupación: como todas las cosas materiales que pasan por nuestra vida es cierto que llegarán a alguna parte, ya sean bibliotecas públicas, o los comprará algún coleccionista. Pero el bibliófilo, como él lo nombra, se llevará la felicidad de haber tenido una vida mejor, porque hay que sentir el placer de navegar en las páginas de un libro. Y no importa dónde irán los libros, pero sí es valedero disfrutar de los mismos cuando se vive. A decir de Jorge Luis Borges en su poema "Las cosas", el bastón, las monedas, el llavero... (nombra varias cosas), y termina: "durarán más allá de nuestro olvido, no sabrán nunca que nos hemos ido". Es que aún sobreviven en varios lugares.
Beatriz Leibovich de Sid
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