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jueves,
27 de
abril de
2006 |
De la tierra desolada a la vida salvaje
Chernobyl está habitado ahora por unas 9.000 personas, exhibe varias oficinas, tres locales comerciales, un bar y una cantina al estilo de la ex Unión Soviética, a pesar de ser una zona de exclusión. El lugar está rodeado por abundantes bosques, rebosantes de vida salvaje. Dos décadas después de la catástrofe, y cinco años y medio tras el cierre del último reactor de Chernobyl, el área alrededor de la planta está llena de recuerdos del desastre. La ciudad de Pripyat, construída como hogar de los trabajadores de la planta, todavía está desierta. El día después del accidente, los 50.000 residentes fueron evacuados en un lapso de seis horas. En departamentos vacíos con ventanas sin vidrios se puede encontrar ropa, muñecas, zapatos, libros y fotos familiares. Curiosos extranjeros pasean por la zona donde los animales ya se han acostumbrado a 20 años de ausencia de humanos y donde es posible ver osos salvajes, lobos y venados caminando por las calles. Los científicos desean obtener más fondos para establecer ahí una reserva natural.
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