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 miércoles, 26 de abril de 2006  
Rosario integrará el único banco público de cordón umbilical

Florencia O'Keeffe / La Capital

Después que un bebé nace, la placenta y el cordón umbilical se descartan. Pero desde hace un año, en la Argentina, es posible a partir de una donación, convertir ese desecho en una esperanza de vida. En abril del año pasado el Hospital Garrahan de Buenos Aires inauguró el primer banco público de células de cordón umbilical, que hasta el momento sólo recibe los de bebés nacidos en la Maternidad Sardá. En breve, Rosario se convertirá en la primera ciudad del interior en sumarse a esta iniciativa, que posibilita la utilización de las células extraídas en pacientes que requieren un trasplante de médula.

El convenio, que está a un paso de firmarse, se realizará entre el servicio de Hemoterapia del hospital Garrahan, donde funciona el Banco Público de Sangre de Cordón Umbilical, y la Maternidad Martin de Rosario. La subdirectora de la institución rosarina, Silvia Carbognani, dijo que la alternativa de sumarse al banco público "es prácticamente un hecho" y adelantó que ya tienen en su poder el preacuerdo.

La médica destacó que en la entidad pública local existe personal entrenado para realizar la recolección de la sangre y enfatizó que integrar el banco nacional público "es una propuesta superadora y solidaria" promovida desde la Secretaría de Salud Pública municipal. El banco de células de cordón umbilical del Garrahan "tiene la garantía y la transparencia de aquello que está pensado sin fines de lucro", agregó.

La Maternidad Martin ya participó en tres experiencias de donantes direccionados, esto es, en casos donde la sangre del cordón de un bebé se reservó especialmente para un hermano con leucemia y con posibilidad de recibir un trasplante de médula ósea.

En el Garrahan, las primeras experiencias también fueron entre donantes vinculados, hasta que en abril del año pasado se abrió el banco público, donde quedan guardadas las células progenitoras hematopoyéticas (también llamadas células madre o stem) para pacientes de todo el país, e incluso del exterior. El único convenio hasta el momento es con la maternidad Sardá, de la ciudad de Buenos Aires. Una vez que quede firme el acuerdo con la Martin, las madres de los niños que nacen en dicha maternidad rosarina también tendrán la opción de donar con fines altruistas.


En qué consiste
"El procedimiento es bastante simple y no tiene ninguna consecuencia negativa ni le duele a nadie; en vez de tirar la placenta y el cordón como se hace habitualmente, lo que promovemos es la donación para que se pueda extraer la sangre que allí queda, rica en células progenitoras hematopoyéticas, que son las responsables de fabricar los distintos componentes de la sangre y que tienen la habilidad de ayudar en el tratamiento o la curación de distintas enfermedades", explicó a La Capital Cecilia Gamba, bióloga a cargo del laboratorio de procesamiento del banco del Garrahan.

El hospital infantil porteño cuenta con dos programas distintos en el banco de células de cordón umbilical. Uno es el que recibe la sangre de cordón y placenta de un recién nacido a través de una donación: esa sangre queda disponible para quien la necesite. Y el otro, direccionado, que reserva la sangre del cordón de un recién nacido para su familia, si es que existe en ella alguien que pueda necesitar un trasplante de médula.

"Entre hermanos hay un 25% de probabilidades de que exista compatibilidad. Nunca tenemos la garantía absoluta, por eso el tipo de banco que crece en el mundo y que recibe todos los avales científicos y éticos es el público, porque al aumentar la cantidad de donaciones multiplicamos las chances para los pacientes que esperan un tratamiento", define la especialista.

La importancia de tener un banco en el país radica, además, en que la sangre recolectada y guardada tiene las características genéticas propias de los nacidos en este territorio y amplía las posibilidades de compatibilidad.

Las células progenitoras hematopoyéticas pueden guardarse en el banco unos 15 años. "Ese es el límite histórico porque no hay experiencias de mayor alcance", aclara Gamba. El primer banco mundial se creó en 1992 en Nueva York . Ese mismo año se habilitaron los de Dusseldorf (Alemania) y el de Milán (Italia). A partir de allí se abrieron en casi todos los países de la Unión Europea. El de Argentina es el tercero en América latina. Los otros dos se encuentran en México y Brasil.

Gamba aclara que si bien existen muchos usos potenciales de las células madre, hasta el momento la única práctica autorizada y con resultados comprobados es el trasplante de estas células en personas que requieren "médula nueva".

La extracción de la sangre del cordón umbilical se realiza luego del alumbramiento y está a cargo de personal especializado. La sangre se colecta en un kit especialmente diseñado y se lleva en determinadas condiciones (para evitar contaminaciones) al banco de células de cordón, donde se somete a un procesamiento antes de ser almacenada. Ese procesamiento incluye todos los análisis de rutina que permitan descartar infecciones u otros problemas, del mismo modo que se analiza la sangre antes de una transfusión.
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