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miércoles,
26 de
abril de
2006 |
La charla con sus lectores, un ritual intocable
para el Negro Fontanarrosa en la Feria del Libro
Como desde hace treinta años, Roberto Fontanarrosa cumplió ayer con uno de sus rituales intocables, casi sagrado: firmar ejemplares en la feria del libro de Buenos Aires. Llegó puntualmente a las 18, la hora señalada. Una cola de casi cien personas ya lo esperaba.
Con su último libro, "El rey de la milonga", sobreexpuesto en un atril de Editorial La Flor, el Negro disfrutó de esas pequeñas charlas cara a cara, íntimas, con sus lectores. O con visitantes de la Feria que tal vez este año se incorporen a la masa de lectores del humorista y novelista rosarino.
De buen humor, al que no le hace mella su problema de salud, Fontanarrosa se acomodó lentamente en su silla, desplegó sus marcadores, y atendió pacientemente a todos los interesados. Venían por un dibujo o la firma del genial humorista, y se lo llevaron.
Fontanarrosa recibirá hoy, además, un tributo especial: el Senado de la Nación, y por iniciativa del socialista Rubén Giustiniani, le rendirá un homenaje donde se promete la presencia de todos los humoristas gráficos destacados de la Argentina, músicos, artistas y por supuesto, los senadores de todos los bloques políticos.
Como los grandes jugadores que él tanto admira, el Negro no se achica ante la adversidad. "Años anteriores firmaba durante tres horas seguidas, este año firmará sólo por dos horas", comentó su esposa Gabriela La Capital.
Pero, la pasión pudo más y pasadas las 21 el Negro seguía charlando con cronistas de diarios, radio y televisión que le hicieron repasar vivencias y sentires.
Dibujó y firmó para centenares de lectores. "Hace 30 años que vengó acá, y voy a seguir viniendo. Para mí -dijo el Negro- es muy importante el contacto con los lectores". Y en clave de humor, rodeado del inmenso cariño de la gente, se dio su "baño de multitudes", que le deparó no pocas situaciones ditirámbicas: "Yo vine hace 18 años para que me firmaras un libro, ¿te acordás de mí?, le dijo una lectora. "Y..., sííí", le admitió Fontanarrosa condescendiente.
Algún despistado le ha llevado libros de otros autores para que él los firme, otros le adjudican personajes de otros dibujantes. El Negro sigue estableciendo una complicidad muy fuerte con sus lectores, y disfruta esas pequeñas charlas y saludos que la Feria le permite renovar todos los años.
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Fotos
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El Negro cumplió ayer con la ceremonia de los autógrafos.
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