Estreno. El filme argentino "El custodio" se presenta mañana en los cines rosarinos

Chávez: "La película reclama atención sobre el cuidado que debemos dar al otro"

El actor, que llega hoy a Rosario, dijo que fue un desafío construir el mundo complejo de su personaje El actor, que llega hoy a Rosario, dijo que fue un desafío construir el mundo complejo de su personaje

Rodolfo Bella / La Capital

Julio Chávez llega hoy a Rosario para acompañar el estreno del filme "El custodio", que se llevará a cabo mañana en los cines rosarinos. Según adelantó el actor a La Capital, la película pone en primer plano la experiencia de Rubén, un hombre encargado de la seguridad personal de un importante funcionario público y cómo la singularidad de su trabajo desdibuja su propia personalidad.

-¿Qué te atrajo de un personaje de bajo perfil como el que propone "El custodio"?

-Es interesante contar una existencia de esa dimensión pequeña o inexistente para los oídos y la vista del otro porque requiere la construcción de una existencia que para un actor es muy compleja. Para el actor constituye un desafío absoluto porque es como construir una presencia y un pensamiento, pero que al mismo tiempo es un vacío porque Rubén quiere comunicar una suerte de amnesia o de anestesia en relación a lo que le pasa.

-¿Cuál es el conflicto central?

-El conflicto del filme está entre la anestesia de él y de la sociedad que no advierte que ahí hay un ser humano que hay que cuidar. Así como parecería que puede soportar una broma que no entiende, el grupo social, la tribu en la cual está, no advierte que ese hombre necesita que se lo sostengan en ciertos valores. El hace algunos pedidos y parece que nadie lo advierte. En realidad están todos un poco anestesiados. La película para mí está reclamando atención sobre el cuidado o sobre la percepción que tenemos del otro. Una cosa es el ser humano y otra es su rol, pero en Rubén su rol es su humanidad. No hay humanidad fuera de su rol y esto no es común.

-¿Interpretar personajes con algunos rasgos similares como los que hiciste en "El oso rojo" en cine o "Epitafios" en televisión, implica el riesgo de que quedes identificado con determinado tipo de trabajo?

-Alguna relación tienen, son introspectivos y fueron personajes que no la están pasando bien, pero sin embargo tienen sus diferencias. De todas formas yo soy un artista, no soy un hacedor de divertimentos varios. Van Gogh no tenía sólo cuatro pinceladas así que no creo que pase así.

-¿Por qué hiciste menos televisión que cine y teatro?

-"Epitafios" fue una cosa muy especial, muy específica, pero en general creo que es un medio muy demandante y no es el espacio en el que más me desarrollé hasta el día de hoy.

-¿Es una deuda con tu carrera?

-No, no es una deuda. De querer hacerlo lo haría. Si mi cabeza funcionase de esa manera empezaría a querer ser más custodio de lo que espero ser... Realmente llega un momento del camino en el que preguntás qué estás haciendo.

-¿La televisión limita el trabajo del actor?

-Depende. Hay actores que se manejan extraordinariamente bien en televisión. Eso depende de las naturalezas y de las historias de cada uno. A mí hoy por hoy me quitaría cierta autonomía que puedo tener cuando filmo o cuando hago teatro. Prefiero mantenerme con ese pequeño espacio lo más autónomo posible porque por mi naturaleza se complicaría.

-¿Qué lugar ocupa la formación de actores en tu carrera?

-En principio, es una cuestión vocacional absoluta y también me permite mantener vivo un espacio de pensamiento y de autonomía. Ahí está la expresión de lo humano, el pensamiento y está lleno de posibilidades. Todos aquellos aspectos que tienen que ver con los impedimentos se relativizan muchísimo. Además está la expresión del ser humano, la posibilidad de que el otro piense, que se las vea con su subjetividad. De manera que me parece un espacio sumamente importante.

"Una cosa es el ser humano y otra es su rol, pero en mi personaje mi rol es su humanidad", dijo el intérprete.