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miércoles,
26 de
abril de
2006 |
Un dogo argentino atacó ferozmente a un muchacho, que se salvó de milagro
El animal estaba atado pero de repente se soltó y se abalanzó contra el joven, quien sufrió diversas lesiones
Otro de los enfurecidos ataques de un dogo tuvo como víctima a un joven rosarino que sufrió graves lesiones en ambos brazos. La agresión ocurrió ayer, en la zona norte, al despuntar la mañana. Eran las 7.15 cuando Marcos Corá, de 26 años, ingresó a un terreno de Juan B. Justo al 2300 donde el animal se le abalanzó. Increíblemente, el muchacho, que fue internado el el Hospital Alberdi, recibió el alta pocas horas más tarde a pesar de que en el barrio creyeron que podía perder su brazo izquierdo.
El perro estaba atado "pero se soltó", contó la propia víctima a La Capital. Entonces, el joven lo llamó "para que no se escapara", dijo. Fue ahí cuando lo "desconoció", según su relato. "Se debe haber asustado, me gruñó y me di vuelta", agregó. Luego, el dogo se le tiró encima.
Tras unos 10 minutos de forcejeos, Corá fue trasladado al hospital donde recibió las curaciones correspondientes. "Por suerte las mordeduras no afectaron los huesos del brazo (izquierdo)", remarcó el joven quien también sufrió heridas leves en su otra extremidad y en la espalda.
Había arribado desvanecido al centro sanitario. "Llegó un momento en el que casi me caigo, estaba rendido cuando aparecieron mi tío y mis cuñados, que empezaron a darle fierrazos a Tom (el dogo)".
Los vecinos, alarmados por la violencia del ataque, pidieron ayuda a la policía, que llegó rápidamente al lugar. En rigor, personal del Comando Radioeléctrico y de la división Perros.
Tanto el dogo como su dueño, Eduardo del Pino (61 años), fueron trasladados a la comisaría 20ª. Y, más tarde, el perro fue derivado al Instituto Municipal de Salud Animal (Imusa).
"La verdad es que soy perrero, me gustan mucho", dijo Corá. El joven solía darle de comer al ejemplar que lo atacó. En efecto, estaba en su terreno porque el dueño lo dejaba ahí. "Esto que pasó sirve para aprender que hay que ser conscientes y no abandonar a este tipo de perros en cualquier lado", añadió.
Y a la hora de dar detalles sobre la robustez del animal, finalizó: "Me dijeron que pesa 70 kilos".
Esta raza es originaria de Córdoba y fue creada por Antonio Nores Martínez, miembro de una tradicional familia de esa provincia y de profesión médico. Su pasión por los perros, tal vez por legado familiar, lo llevó, en 1928, a fijar las bases y un estándar para este nuevo ejemplar canino.
La fortaleza del animal, además de su tenacidad, olfato y bravura, lo hacen inigualable dentro de los canes de jauría para la caza de jabalíes, pecaríes, pumas y otras especies predadoras.
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Fotos
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Tom quedó alojado en el Imusa.
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