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miércoles,
05 de
abril de
2006 |
Vibraciones imperceptibles
Mirar las cuerdas vocales con un espejito especialmente diseñado sigue siendo el modo más clásico de control. Y aunque en el consultorio del "otorrino" sigue siendo un elemento de uso frecuente, la tecnología ofrece hoy nuevas opciones, más efectivas. En ese marco se inscribe el estroboscopio, un equipo que permite un estudio minucioso y exhaustivo de las cuerdas vocales al punto de detectar lesiones incipientes y totalmente imperceptibles al ojo humano.
"El estroboscopio se basa en la iluminación con destellos del órgano de la voz que vibra a una frecuencia determinada; esto permite una mirada de las cuerdas vocales como si fuese en cámara lenta", señala el otorrinolaringólogo Marcelo Rosenzvit.
Este efecto óptico habilita al profesional a detectar desde inflamaciones a problemas mayores que, de otro modo, se escapan. El equipo, que tiene en realidad varias décadas de vida, empieza a ser de uso frecuente en los consultorios de Argentina, y ya se puede hacer en Rosario.
El estudio dura aproximadamente unos 10 minutos y consiste en la colocación de un tubito rígido en la boca, que permite observar la garganta. "En general el paciente lo tolera bien pero si tiene alguna molestia colocamos un anestésico en spray que en el 99 por ciento de los casos nos ayuda a realizar el trabajo sin ninguna dificultad", comenta el médico.
El estroboscopio da, además, la posibilidad de medir el sonido de la voz y detectar de ese modo las irregularidades. Estas mediciones ayudan a determinar el grado de lesión de la voz y a valorar el mejor tratamiento.
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