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miércoles,
05 de
abril de
2006 |
Cada vez hay más gente con problemas en las cuerdas vocales
Docentes, vendedores, telemarketers, usan la voz como herramienta laboral. Cómo prevenir enfermedades
Florencia O'Keeffe / La Capital
La voz tiene una importancia clave en la vida de relación y laboral. Docentes, locutores, vendedores, telemarketers, usan en forma permanente sus cuerdas vocales. En rigor, uno de cada cuatro trabajadores tiene a su voz como único instrumento de trabajo y cerca del 5% de la población sufre algún trastorno. A pesar de su protagonismo, la importancia que se le da al cuidado de las cuerdas vocales es relativa y la consulta al médico recién se realiza cuando ciertas molestias se hacen intolerables. Y aunque la mayoría de las enfermedades en esta zona del cuerpo son benignas traen complicaciones en la vida cotidiana (dolor, picazón o disfonía); otras más serias tampoco son infrecuentes. En todos los casos se pueden prevenir con un correcto uso y chequeos médicos periódicos.
A las formas tradicionales de diagnóstico precoz, ahora en Rosario se sumó la videoestroboscopia, que permite identificar inflamaciones y lesiones en estadíos muy precoces (ver aparte).
La patología benigna más frecuente en las cuerdas vocales son los nódulos, que aparecen generalmente entre los 20 y los 50 años. Son más comunes en las mujeres que en los hombres y también pueden encontrarse en niños o adolescentes. "Si uno abusa de la voz sin una técnica ni una respiración adecuadas, se suelen sobre utilizar las cuerdas vocales. Esa exigencia lleva a un desgaste. Entre los problemas benignos y más comunes se anotan el edema (inflamación) de las cuerdas vocales, y los nódulos; estos últimos ya significan un escalón más en la escalera de problemas", explica el otorrinolaringólogo Marcelo Rosenzvit.
El especialista destaca que los nódulos aparecen cuando no se detecta el mal uso en las fases iniciales y se persiste con el esfuerzo. "El nódulo es como un callito, es la consolidación del mal uso", ejemplifica.
¿Cómo se produce? Las cuerdas vocales son dos bandas de tejido muscular que están en la laringe (a la altura de la llamada "nuez de Adán"). La laringe se localiza en el cuello, en la parte superior de la tráquea. Son las cuerdas vocales las responsables de producir el sonido de la voz mediante vibraciones que se producen cuando el aire que llega desde los pulmones pasa a través de ellas. Cada vez que "se mueven", las cuerdas vocales, que están separadas, se acercan. "Cuando ese roce es sostenido y forzado, en esa zona aparece el nódulo", dice Rosenzvit, y enfatiza que para detectarlo es necesario estar alerta a ciertas señales, tales como picazón al hablar, necesidad de "carraspeo", sensación de tener algo extraño en la garganta, sensación de tragar "moco" en forma constante.
La disfonía aparece como un estadío superior ya que la voz cambia cuando la cuerda vocal está alterada. Rosenzvit reconoce que, en su gran mayoría, los pacientes llegan a la consulta con el otorrinolaringólogo cuando tienen molestias importantes y remarca que todos aquellos que usan la voz en forma constante e intensiva deberían cumplir con un proceso de educación o reeducación que les permita evitar problemas.
Los docentes, muy afectados
El especialista pone ejemplo lo que sucede con los docentes, que tienen actualmente cursos cada vez más numerosos, chicos más revoltosos y más horas de trabajo por cuestiones económicas. "La patología vocal es muy común en la docencia y hay cosas básicas de la función vocal que los maestros y profesores deberían manejar", puntualiza el médico.
Los problemas se acrecientan si se le suma el hábito del cigarrillo. "Un docente que fuma varios atados por día es candidato casi firme a nódulos o problemas mayores", reconoce Rosenzvit. El tabaquismo es la principal causa en el país de cáncer de laringe, y en ese grupo, el cáncer de cuerdas vocales está a la cabeza.
En materia de tratamientos se anotan los que lleva a cabo el fonoaudiólogo y que consisten en la reeducación de la voz porque "es necesario dar vuelta aquel mecanismo que causó el problema". O bien, tratamientos más invasivos o quirúrgicos como puede ser la extirpación de los nódulos o pólipos.
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Fotos
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Marcelo Rosenzvit estudia a una paciente con el estroboscopio.
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