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miércoles,
05 de
abril de
2006 |
Jorge Vivaldo. Sentimientos, fanatismos y costumbres de un arquero particular
Por la voluntad de Dios
Elbio Evangeliste / La Capital
¿Católico Apostólico Romano, Atleta de Cristo, cómo es el tema?
-Mirá, en realidad hace 15 años que estoy concurriendo a una iglesia evangélica. ¿Me preguntás si soy Atleta de Cristo? Puede ser, también soy parte de un grupo donde hay chicos que son católicos, otros evangélicos, pero lo que buscamos es tener una relación con Dios y trabajamos más que nada con los chicos de las pensiones, que están lejos de la familia, que extrañan mucho. El tema es estar juntos, orar juntos.
-¿Por qué tanta devoción hacia Dios?
-Yo vengo de una familia católica apostólica romana pero desde hace 15 años se produjo un cambio en mi vida, a raíz de mi mujer, que en ese tiempo era mi novia, porque estuvo muy enferma. Se descomponía, hicimos estudios, los médicos no daban con lo que tenía y así pasó mucho tiempo. Y cuando vos no encontrás la respuesta en los médicos empezás a buscar otras cosas. Hice de todo, hasta fui a un templo umbanda durante un año y medio. La cuestión es que mi mujer estaba cada vez peor, tirada en una cama, depresiva. Hasta que la invitaron a ir a una reunión a una iglesia cristiana y creo que fue un milagro porque en siete días ya no tenía más nada. Yo tenía 22 años, lo mío era el fútbol, el rock and roll, el heavy metal, y que me vengan a hablar del evangelio era como que hoy alguien te diga "formo parte de Al Qaeda". En su momento me peleé con ella hasta que acepté ir a una reunión, aún pensando que me podían llegar a chorear la plata, de que todo eso era un curro y sin embargo lo que hablaron esa noche me llegó a lo más profundo del corazón, aunque por una cuestión de orgullo no quería reconocer nada. Ahí empezó ese cambio. Ahí comencé a relacionarme con Dios. No sé si fue importante el cambio de religión,
pero sí que
empecé a tener una relación con Dios. Ninguna religión te va a salvar o a garantizar el cielo, pero lo que te cambia la vida es sentir algo nuevo.
-¿Sos de depositar todo o gran parte de lo que te pasa en Dios?
-Casi todo. Yo soy un fiel reflejo de cómo soy por cómo me siento espiritualmente. Cuando siento que estoy loquito o reaccionando como no debo, ahí me doy cuenta cómo estoy. Dios es como una estación de servicio y nosotros los autos. Tenés que ir a cargar nafta todos los días, y cuando tenés el tanque lleno sabés que podés ir a cualquier lado y que vas a llegar. Para mí, lo más importante es que Dios me enseñó a ver lo que tenía. Y como vivo y hago lo que me gusta, soy feliz. A partir de Dios nació mi equilibrio, pese a que seguí teniendo problemas, algunos más graves de los que tenía antes, pero en él encontré la fuerza para poder salir, porque antes los problemas me derrumbaban y ahora es como que los puedo enfrentar.
-¿Y por qué está bien depositar todo en Dios?
-Porque cada vez que deposito las cosas en Dios encuentro la respuesta a lo que estoy buscando. La vida está llena de gente que no merece lo que está viviendo y sin embargo le viene, por eso digo que en Dios uno encuentra la forma para enfrentar esas cosas.
-¿Qué le pedís a Dios antes de cada partido?
-Antes que nada doy gracias, por un partido más, por poder hacer lo que me gusta. Y lo que pido es que me guarde a mí y a mis compañeros de lesiones, de problemas. También le pido "ojalá podamos ganar este partido", pero siempre voy a aceptar su voluntad.
-Si vos pedís un resultado y en el otro equipo hay alguien que hace lo mismo, ¿quién es Dios para decir "a este le hago el favor y a aquel otro no?"
-Porque Dios es el dueño de todo y puede entender que mi razonamiento como humano es nada al lado del suyo. La diferencia es que Dios puede ver y sabe cómo es nuestro futuro y nosotros no. Estoy convencido de que nuestra vida forma parte de un plan que Dios tiene armado para nosotros y a medida que vos le das bolilla, ese plan se va cumpliendo. Cuando siento que no estoy bien espiritualmente con Dios es como si fuera a jugar un partido sin haber entrenado.
-¿Y qué es darle bolilla a Dios?
-Darle bolilla forma parte de muchas cosas. Es llegar a cierto punto de intimidad con él y eso se logra a través de pasar momentos juntos, orando, hablando. Por ejemplo, la Biblia por sí sola no tiene poder, pero si yo obro de acuerdo a lo que dice, eso sí lo tiene. Cada uno sabe cuáles son las cosas que lo llenan y yo sé que cuando me nutro de las cosas de Dios me siento bien.
-Hacé de cuenta que vas a atajar un penal y que el que lo patea es tanto o más creyente que vos, ¿Dios se la juega? Porque si te beneficia a vos indefectiblemente va a perjudicar a tu rival.
-Mirá, cuando jugamos contra River me hizo un gol Patiño y dos Jonathan Santana, que son los dos Atletas de Cristo. Ellos le daban gracias a Dios y yo podía decir "y conmigo qué pasa". Hay una frase en la Biblia que dice "El caballo se alista para la batalla, más la victoria es de Jehová". Yo me preparo para ganar y en el momento del penal pienso que Dios está conmigo y que lo voy a atajar, pero para Dios es nada más que un partido de fútbol. Será lo que Dios quiera, será su voluntad, pero yo voy a estar pensando que lo puedo atajar. Hoy mi fe me permite ir mucho más allá de un resultado porque sé que Dios es mucho más grande que un partido y que mi carrera entera, pero cada partido, cada entrenamiento y cada día forma parte de eso.
-Cuándo decís "será lo que Dios quiera", ¿no es una manera de menospreciarte? Porque vos entrenás y cada día tratás de pulir un montón de cosas. Es como que si todo queda librado a la buena voluntad de Dios tranquilamente podés decidir entrenar cada vez menos, total será lo que él decida.
-Entiendo lo que me decís y está buena la pregunta. Me acuerdo de una pregunta parecida que le hicieron una vez a Paulo Silas y él dijo que entrenaba y se preparaba pensando como si Dios no existiera, pero sabiendo que Dios existe. O sea, yo me entreno y me mato porque quiero ser el mejor, porque si no lo hago me podrá salvar un día, pero nada más. Por eso una de las cosas que le agradezco es haber llegado donde llegué, porque no lo hubiese logrado si no lo hubiera conocido a él. Y ojo, no me molesta cuando alguien dice que no cree o que todo es una farsa, si yo pensaba lo mismo. Sería olvidarme de cómo era yo.
-Cuando te salvaste del descenso con Chacarita, en medio de los festejos dijiste "Dios quiso que nos salváramos". ¿Qué tendrían que haber pensado los jugadores de Defensores de Belgrano?
-Mi imagino lo que habrá sido. Yo estaba convencido por cómo se habían dado las cosas ("el club se quedó sin arquero y después de un año me vinieron a buscar para que juegue especialmente ese partido, cuando hacía cinco meses que no jugaba"). Recién cuando iba en el micro me cayó la ficha de lo que estaba haciendo y ahí pensé que Dios tenía algo preparado para mí, porque no era normal lo que estaba pasando. Cuando llegamos a los penales dije "no podemos perder, Dios me trajo acá para esto". Y fue así, sentí que todo había sido armado por Dios. Ahora, el jugador de Defensores seguramente se debe haber sentido defraudado o habrá sentido que era para él.
-¿Y está bien que en ese momento algún jugador de Defensores de Belgrano haya sentido rencor u odio hacia Dios?
-Y..., pasa. Yo muchas veces me enojé con Dios. Pero después de mucho tiempo pude entender que las cosas malas no están puestas por Dios, sino que la historia viene desde hace muchísimo tiempo, desde que entró el pecado en el mundo. Nosotros somos los grandes culpables de las cosas que pasan.
-Y por qué cuando pasa algo bueno Dios siempre está en el medio y cuando hay algo malo no?
-Y por qué cuando pasa algo bueno Dios siempre está en el medio y cuando hay algo malo no?
-Yo confío en que Dios puede torcer la historia. Estoy seguro de eso. Además lo dice la Biblia, Dios no te castiga, no te prueba. Eso no viene de Dios, sino de las cosas que pasan en el mundo. Esto es como la historia del peluquero que le dice a un tipo que Dios no existe y el hombre le pregunta por qué. "Y fijate hay que chicos que nacen con síndrome de Down, hay gente que muere de cáncer", le contesta. Resulta que cuando el tipo sale de la peluquería ve a otro barbudo, todo desalineado y entonces agarra y dice: "Negro, los peluqueros no existen, porque si no, no existiría esa gente barbuda, toda desalineada". Y el peluquero le responde que "lo que pasa es que esa persona nunca vino a mí para que yo lo afeite y le corte el pelo". Bueno, mucha gente no acude a Dios y por eso él no puede hacer todo lo que quiere.
-Pero con ese criterio, a la gente que le nace un hijo down o que muere de cáncer es porque no se acercó a Dios? No te parece un castigo o una reprimenda demasiado dura de parte de Dios?
-No, porque hay mucha gente que sí se acerca a Dios y también le pasa. La enfermedad en el mundo entró como consecuencia del pecado. El mundo antes era perfecto. Lo que pasa es que este es un tema muy amplio y muy fino para hablar. Yo no soy el dueño de la verdad pero a partir de mi experiencia puedo aceptar mi condición y enfrentarla. Si me naciera un hijo down, tendría dos opciones, o me quedo con ese dolor lamentándome toda mi vida o empiezo a generar algo para salir adelante. Yo creo que a partir de Dios puedo torcer cualquier historia.
-Obviamente pensás que Dios está en todas partes y que ve absolutamente todo.
-Sí, yo sé que Dios está en todas partes, a pesar de que me quiero morir cuando veo tantas injusticias. Dios está en todas partes lo que pasa es que muchos no le abrimos las puertas.
-¿Y por qué cuando te está ayudando a vos a la hora de atajar un penal a 20 cuadras hay 10 chicos que se están muriendo de hambre?
-Sabés lo que pasa, la relación con Dios es individual y si Dios a vos te dio todo lo que tenés, por algo es. Por eso tenés que vivir tu vida, y tu vida va a ser distinta a la de mucha otra gente. Igualmente le pido siempre a Dios por esa gente que se está muriendo de hambre.
-¿Se acordará Dios este año de Tiro Federal?
-Se acordó, lo que pasa es que a Dios hay que ayudarlo y en muchos puntos nosotros fuimos culpables de lo que está pasando. No pierdo las esperanzas de que pase un milagro. Me duele que hayamos sido tan inconstantes como equipo, pero tal vez Dios quiere algo así y me encantaría. Pero estoy seguro que se va a acordar.
-Decís que tendrían que haber hecho distinto las cosas, pero antes mencionaste que ponés todo en manos de Dios. Repito, ¿no es menospreciarte, en este caso como jugador? ¿Quién es en definitiva el que define las cosas?
-Lo que pasa es que ahí le doy lugar a lo que hicimos, pero sé que Dios tuvo que ver en eso, porque si no ya hubiese aflojado y nos hubiéramos ido al descenso hace seis meses. Está buena la pregunta que me hacés, porque en algún momento me enfrenté con esa realidad, pero si nos salvamos le voy a dar gracias a Dios por habernos entrenado tanto y por haberle metido tantas pilas. Siempre digo que detrás de cada cosa que me pasa, está Dios. l
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