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sábado,
01 de
abril de
2006 |
El camino de la probabilidad a la certeza
Desde que están detenidos Lino y Pepo Bertuzzi no hubo ataques similares a los que distinguían el accionar del Loco de la Escopeta. Sí hubo uno al mes de los arrestos pero con algunas diferencias: fue contra un interno de la línea K, en Mendoza al 7100, en barrio Belgrano, precisamente el de los dos hermanos. Ese día, 23 de junio a las 18.30, un proyectil cruzó la unidad rompiendo vidrios, aunque nunca se estableció que fuera el perdigón de una escopeta, ni se encontró el taco del cartucho.
Las similitudes señaladas por el juez Ivaldi entre el ataque a Florencia Rubino hace tres años y el del viaducto Avellaneda el año pasado son evidentes. Pero se refieren a aspectos muy generales. El juez habla de misma arma usada, pero ocurre que la escopeta 12.70 es una de las de utilización más difundida entre usuarios de armas. La marca del cartucho era la misma en los dos casos, pero también es de negociación generalizada. Que los dos hechos fueron perpetrados en vía de circulación rápida tampoco es una prueba concluyente contra los hermanos. Pero al juez de instrucción, para procesar, le alcanza la probabilidad positiva de que la persona acusada tenga relación con el suceso. En el tramo superior del juicio, en la etapa de sentencia, el juzgador no necesitará una simple probabilidad, sino certeza de la participación del acusado en el hecho juzgado.
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