Año CXXXVII Nº 49067
La Ciudad
Política
Economía
La Región
Escenario
Opinión
Información Gral
El Mundo
Policiales
Cartas de lectores


suplementos
Ovación
Educación


suplementos
ediciones anteriores
Página Solidaria 29/03
Turismo 26/03
Mujer 26/03
Economía 26/03
Señales 26/03
Estilo 18/03
En el aula 18/03

contacto

servicios
Institucional


 sábado, 01 de abril de 2006  
Una fiesta para la reina de Holanda
La soberana de la casa Orange-Nassau realizó una histórica visita a la ciudad de Tres Arroyos

La reina Beatriz de los Países Bajos realizó ayer una histórica visita a la comunidad holandesa de la ciudad de Tres Arroyos, la más grande del país, que la recibió con ofrendas y un coro de niños que interpretó canciones en su idioma, en un marco festivo durante las dos horas que permaneció en la ciudad.

Luego de una mañana gris, el cielo comenzó a despejarse cuando el Tango 02 iniciaba las maniobras de aterrizaje en el aeropuerto comunal, 500 kilómetros al sur de Capital Federal, y la reina bajó del avión bajo un sol radiante, junto a su hijo, el príncipe Guillermo, y la princesa Máxima.

La soberana de la casa Orange-Nassau, quien vestía un conjunto con flores rojas y azules sobre fondo claro y un sombrero azul oscuro, de ala angosta, recibió allí las llaves de la ciudad de Tres Arroyos, de manos del intendente, Carlos Sánchez.

También en el aeropuerto, un grupo de niños con ropas típicas holandesas y argentinas dio la bienvenida a los visitantes y los varones entregaron ramos de flores a la reina y a la princesa, mientras las niñas hicieron lo mismo con Guillermo.

De allí un comitiva de media docena de autos se dirigió hacia el Colegio Holandés, cuyo patio parecía un hormiguero desde temprano, con cientos de niños ansiosos por participar del acto, los docentes, decenas de periodistas y gente de seguridad.

Afuera, los vecinos de la cuadra observaban los movimientos desde sus casas, mientras un centenar de personas llegó de otros barrios para ver a los visitantes, y se acomodó en unas gradas montadas junto a la entrada para los periodistas, que para entonces ya estaban dentro del colegio.

Beatriz descendió de un Mercedes Benz gris plata y los príncipes de uno azul oscuro frente al portón de rejas verdes, embanderado con las enseñas argentina y holandesa.La reina fue recibida por el presidente de la comisión directiva del establecimiento, Antonio Kolen, y junto a él avanzó por el pasillo bordeado de niños que agitaban banderas holandesas, bajo palmeras, naranjos y una alta araucaria.

Muchos de los presentes saludaron a los visitantes o llamaban a Máxima por su nombre y tomaron fotografías, mientras los chicos cantaban el "Feliz Cumpleaños" en holandés. Un docente explicó que esa era la única canción que sabían los niños en el idioma de la reina.

Unos metros detrás de Beatriz y Kolen, Guillermo y Máxima los siguieron hasta la carpa blanca, de unos 30 metros por 10 -montada entre dos pequeñas canchas de fútbol- para el encuentro con miembros de la comunidad holandesa.

Dentro de ese recinto, unas 220 personas, divididas en grupos según su actividad (productores, cooperativistas, amas de casa, comerciantes, entre otras) fueron saludados por la reina o los príncipes y compartieron con ellos un copetín, con vino y champán.

Después de poco más de una hora de calma en el patio un nuevo timbre llamó a los chicos a conformar el cordón con que habían recibido a los visitantes.

Minutos después los miembros de la familia real salieron del colegio y subieron a sus vehículos para dirigirse al aeropuerto, con lo que terminó la visita. (Télam)
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo

Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto
Como en casa. La reina visitó la comunidad holandesa más importante del país.

Notas Relacionadas
En la Corte Suprema



  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados