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 sábado, 01 de abril de 2006  
Homenaje de Amsafé Provincial a los maestros víctimas de la dictadura
Una vida signada por el drama
La hermana de María Catalina Bennasi recuerda la desaparición de la profesora santafesina

Jorge Sanso de la Madrid / La Capital

La principal actividad de María Cristina Bennasi es hoy cuidar sus nietos. Pero por ese premio a su madurez pagó un precio terrible. La suya es una vida signada por el drama, como las de otras 32 familias de docentes desaparecidos durante la dictadura militar a los que Amsafé recordó y homenajeó el jueves 23 en la capital provincial.

Ese día María Cristina lloró como hace 30 años. Recordó la desesperación que la embargó entonces y por muchos largos años. Su dolor estaba apenas adormecido y con el recuerdo, las llagas de su alma volvieron a arder de angustia y ausencias. Y, también de rabia por que su tragedia no fue producto de un designio del destino. Lo fue de la intolerancia homicida de un gobierno.

Entonces recuerda que no nació sola. Que tuvo una melliza: María Catalina Bennasi. Y sonríe, para disimular que se le nubla la mirada, como si buscara para el relato: "Tenía 32 años, era profesora de biología en la Escuela Nacional y el Colegio La Salle. Se había casado con el arquitecto Ricardo Franco, de Paso de los Libres, quien militaba en el ERP y ella lo imitó convencida de lo que hacía".

La tranquilidad de la pareja duraría poco. "Ya para 1974 comienzan las persecuciones en Santa Fe y ellos se van a Rosario. En 1977 a él lo cazan dentro de una iglesia sobre bulevar Oroño, lo llevan a la Jefatura de Rosario y lo fusilan". Los padres de Ricardo difícilmente hayan podido olvidar el día en que, dos meses después, tuvieron que reconocer el cuerpo de su hijo, pero aunque suena espantoso, en ello tuvieron suerte. Otros miles de familiares en lugar de un cuerpo golpeado y torturado, recibieron sólo un silencio letal.

Eso le pasó a María Cristina. No sólo jamás tuvo noticias de su hermana. Tampoco de su marido. Es que también perdió su esposo, víctima de aquella orgía de sangre y muerte. "Su caso demuestra cómo se mató a gente que era militante. Mi esposo, Manuel García de 33 años, no tenía nada que ver, sólo quiso ayudar a mi hermana", nos subraya.

He aquí su relato: "Con la muerte de su esposo, mi hermana queda en la calle porque para ese entonces las fuerzas de la guerrilla estaban desarmadas. Con mi marido la trasladamos a Paraguay pensando que allí podría tener más seguridad. Fue una serie interminable de trámites y artilugios en los que pusimos en peligro nuestra seguridad. Estuvo en Paraguay más o menos un año. Hasta agosto de 1978".

Los Bennasi no sabían que los dictadores de la región ya habían sumado fuerzas y parido el Plan Cóndor que les permitía extender su poder represivo más allá de sus fronteras nacionales. "Pronto comenzó la cacería en Paraguay. Acordamos que familiares de sus suegros la cobijarían en Montevideo. Mi esposo viaja a Paraguay y toman un vuelo a Montevideo. Allí, en el aeropuerto Carrasco, los esperaban los suegros de mi hermana. Ellos ven cómo policías de civil se acercan a la escalerilla del avión y se los llevan detenidos. La última noticia la obtuve de mi hermana fue por una exiliada en París que me dijo que en octubre de 1978 la había visto en la Esma. De mi esposo, hasta el día, jamás supe nada más".

"La dictadura me quitó a mi hermana melliza, me hizo viuda y a mis hijos de 10, 8 y 5 años huérfanos. Fue muy triste y muy duro", así cerró el diálogo María Cristina Bennasi.
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Familiares y docentes se reunieron en Santa Fe para recordar a los educadores desaparecidos.

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