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sábado,
01 de
abril de
2006 |
Por una bendición
del padre Ignacio
El domingo pasado mi madre insistió en que la acompañe a la capilla del padre Ignacio a que me bendiga. Yo no estaba muy de acuerdo con eso de ir a una capilla sólo por una persona, prefería ir a una iglesia cualquiera. Pero después de tanto insistirme le dije que sí. Llegamos a las 6 para entrar a la misa de las 8.30. Desde ya que había una cola bastante larga, pero bueno... esperamos. Abrieron las puertas y no llegamos a entrar al salón, quedamos en la antesala. Terminó la misa de las 8.30 y esperaba poder entrar a la de las 11, empezó a salir la gente de la misa anterior y nos hicieron ir completando los lugares. A los empujones llegué hasta la línea de las asientos, y justo en ese momento el organizador dice: "Bueno, ya está lleno, tiene que ir para el otro lado". Así que las personas que estaban atrás mío al comienzo fueron por el otro lado y lograron sentarse. Resignado por la mala organización salí del lugar. Fui a buscar una bendición y me fui con una rabia tremenda.
Ezequiel González Cibau, DNI 31.891.662
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