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sábado,
01 de
abril de
2006 |
Responsabilidad
y familia
Las estadísticas dicen que los matrimonios han disminuido. Antes los casamientos se dilataban por razones económicas, y hasta no hace mucho esa era la forma de concebir el amor y la convivencia en su máxima expresión. Hoy se evita formalizar a través del Registro Civil, y el vivir en pareja se ve como la opción ideal, aun con miras a ampliar la familia. Nuestra sociedad cada vez más individualista pretende asumir responsabilidades poniendo énfasis antes en recaudos, especulaciones, miedos y otros ingredientes poco afortunados. Escuchar "no me caso ni loco/a" me preocupa, porque refuerza la picardía de asumir livianamente la entrega, la confianza y todo lo que moviliza el comprometerse desde adentro y no de palabra. Muchos jóvenes hoy no conciben la familia con libreta en manos, sino mediante convivencia nomás y "mientras dure" avalándose así una nueva manera de darle forma a lo sagrado, acorde a los tiempos actuales. Felizmente hace pocos días presencié un casamiento de dos jóvenes que apuestan como nuestros antepasados al compromiso y a la no especulación.
Nora E. Cardarelli, DNI 14.510.012
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