Ira y violencia en sepelio de una nena asesinada

Buenos Aires.- La indignación por la muerte de Milagros, la nena de 4 años violada y asesinada en Rafael Calzada, afloró ayer nuevamente en el humilde barrio donde residían tanto la pequeña como su agresor. Sucedió cuando los allegados a la víctima portaron a pulso el féretro con los restos de la chiquita hasta la casa de uno de los sospechosos y atacaron la vivienda a pedradas y puntapiés. Tras el sepelio, el blanco de las pedradas tornó hacia los policías que habían rodeado la casa del muchacho detenido e impidieron un nuevo ataque contra el lugar.

Pasado el mediodía de ayer, los allegados a Milagros salieron de la humilde casa donde se realizó el velatorio pero se desviaron del camino hacia la mortera. Así caminaron unos 100 metros con el pequeño cajón a cuestas y llegaron hasta la casa del joven imputado por los familiares de ser uno de los dos participantes del crimen. Allí arremetieron a pedradas contra la vivienda y a puntapiés contra la puerta.

La Guardia de Infantería de la bonaerense, portando cascos y escudos, formó un cordón entre el inmueble y los vecinos se retiraron hacia el cementerio. El féretro entonces fue ingresado al auto fúnebre y se hicieron las pocas cuadras que separan la necrópolis de la casa familiar.

La policía negó que el muchacho que reside en la casa atacada esté implicado en el hecho e, incluso, que hubiera sido detenido. Un alto jefe policial confirmó que "por el hecho solo está preso un adolescente de 16 años". Y agregó que "otro joven del barrio -acusado por el abuelo de la víctima- está identificado por los investigadores". Pero resaltó que "hasta el momento el juzgado interviniente no dispuso ninguna medida en su contra".

El dolor frente a la tumba pareció potenciar la indignación de algunos de los presentes y al salir del cementerio un grupo se dirigió otra vez hacia la casa del sospechoso. Allí la policía otra vez formó el cordón y los vecinos respondieron una vez más a las pedradas.

Milagros fue hallada muerta el domingo por la noche dentro de un lavarropas en desuso en el fondo de una casa situada a 50 metros de la suya, en Rafael Calzada. La criatura, según la policía, fue asesinada de un violento golpe en la cabeza propinado con un madero o un palo de grandes proporciones y habría sido abusada sexualmente.

Por el hecho fue detenido un adolescente de 16 años -habitante de la casa donde fue encontrado el cadáver- y se confesó autor del crimen. El joven contó ante los investigadores que "una voz de su subconsciente" o "del más allá" le dijo que "matara" a la nena. (DyN)