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 miércoles, 29 de marzo de 2006  
Tres millones de personas expresaron en las calles su rechazo a la reforma laboral
El "martes negro" paralizó a Francia
Fisuras en el gobierno del premier Villepin. Hubo más de 400 detenidos en incidentes

París. - Cientos de miles de personas -tres millones según los organizadores- manifestaron ayer en toda Francia contra la nueva ley de empleo juvenil, en una jornada de paro nacional en la que la policía arrestó a por lo menos 400 personas. Los viajeros se enfrentaron con retrasos en los trenes y en el servicio de metro de París, y los aeropuertos se vieron afectados por los paros.

Las marchas, celebradas en más de 135 ciudades, formaron parte del "martes negro" prometido por las organizaciones estudiantiles y los sindicatos para coronar tres semanas de protestas contra el llamado Contrato de Primer Empleo (CPE) para menores de 26 años. Poderosos sindicatos y organizaciones estudiantiles participaron de huelgas nacionales y las mayores manifestaciones hasta la fecha contra el nuevo contrato. La huelga obligó a cerrar la Torre Eiffel. Los quioscos de periódicos permanecieron cerrados y algunos trabajadores de correos y de los medios de comunicación también se unieron a la huelga.

La presión sin precedentes de las protestas abrió grietas en el gobierno. El ministro del Interior, Nicolas Sarkosy, se distanció ayer del premier Dominique de Villepin al pedir la suspensión de la nueva ley para que haya negociaciones con los sindicatos. Los organizadores calcularon en 3 millones la asistencia a las manifestaciones en todo el país, y 700.000 en París solamente. Los cálculos policiales eran mucho más bajos.

Algunos revoltosos buscaron pelea con los manifestantes, trataron de saquear negocios y arrojaron piedras y otros proyectiles a la policía antimotines, que en varias ocasiones irrumpió en la marcha para detener personas. Sólo en París hubo más de 200 arrestados. Pero la presencia de unos 4.000 agentes en las calles, así como las patrullas en las estaciones, aparentemente impidió la repetición de actos de violencia como los de días anteriores.

Organizaciones estudiantiles y sindicatos dicen que la ley eliminará la estabilidad laboral. El llamado Contrato de Primer Empleo, que debe entrar en vigencia el mes próximo, permite despedir sin causa a empleados menores de 26 años durante los dos primeros años.

Cuestionado en su propio partido y con la popularidad en fuerte caída, Villepin insiste sin embargo en mantener el «contrato joven». Dijo al Parlamento que estaba dispuesto a discutir el tema del empleo y enmiendas a la ley, pero no se mostró dispuesto a anularla. "República quiere decir: sin ultimátums", declaró en la Asamblea Nacional, donde se produjo además un altercado porque se negó a responder personalmente a las preguntas que no fueran de su propio partido UMP. "Sólo en la acción convenceremos a todos los franceses que el mañana puede ser mejor que hoy", agregó entre los abucheos de la oposición.

El primer ministro francés sostiene que la mayor flexibilidad alentará a las empresas a contratar jóvenes. El desempleo juvenil es del 22%, el más alto en Europa occidental. Pero ante las protestas, su gobierno -y sus posibilidades de ser candidato a presidente el año próximo- parecen cada vez más frágiles. Los sindicatos rehusaron reunirse hoy con Villepin para negociar, pero él repitió la invitación, diciendo al Parlamento que estaba preparado para comprometerse en dos puntos: la duración del período de prueba y los términos en que debe anunciarse el despido.

Sarkosy, que también aspira a la candidatura presidencial conservadora, dijo en una conferencia de su partido que no se debe aplicar el contrato mientras exista la posibilidad de conversaciones para resolver la crisis, dijeron sus colaboradores.

Mientras tanto, el presidente, Jacques Chirac, canceló sus encuentros fuera de París para esta semana a causa de la tensa situación.
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Enfrentamientos e intentos de saqueos durante la marcha en París.


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