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domingo,
19 de
febrero de
2006 |
Gimnasia de Jujuy se hace imbatible de local; lo sufrió Lanús
San Salvador de Jujuy.- Ratificando su eficacia como local, Gimnasia y Esgrima de Jujuy derrotó hoy 1 a 0 a un inexpresivo Lanús, que así y todo malogró un penal, con gol anotado por Matías Oyola a los 4 minutos del segundo tiempo.
El dato curioso es que el Lobo jujeño aún no resignó puntos en su estadio, aunque como contrapartida cayó las dos veces que actuó de visitante por el torneo Clausura.
Pero la estadística que realmente le importa a los hinchas del Lobo indica que con este triunfo superaron en la tabla de promedios a Olimpo de Bahía Blanca, uno de sus adversarios directos en la puja por quedarse en Primera.
De atractivo tuvo poco y nada el primer tiempo. Gimnasia pareció haber sentido el golpe anímico por el par de derrotas consecutivas (ante River y Newell's), mientras que Lanús tampoco aportó mucho por el espectáculo.
Ninguno conseguía prevalecer en la mitad del campo ni encontraba la fórmula para inquietar al arquero contrario. El local insinuaba algo más pero sus intentos no prosperaban por su escaso peso ofensivo y las buenas intervenciones del guardavalla visitante, Carlos Bossio.
Sin embargo, cuando daba la sensación de que el parcial concluiría sin grandes emociones, Luis Medero agarró dentro del aréa a Diego Manicero y el árbitro sancionó penal.
Ejecutó Claudio Graf y se lució Luciano Palos, al desviar el remate con sus piernas.
De ahí hasta el final se produjo una sola acción digna de ser comentada. A los 37 minutos, el atrevido Juan Arraya, debutante de 17 años, se animó desde 30 metros y el balón rebotó en el travesaño.
La tarea se le simplificó en el complemento al local con el tempranero gol de Matías Oyola. El ex jugador de Defensores de Belgrano empujó de cabeza a la red un pase aéreo de Franco Sosa, quien devolvió al medio un centro pasado de Julián Kmet.
Al verse obligado Lanús a adelantar sus lineas, el conjunto de Mario Gómez dispuso de mayores espacios. Entonces, como era de suponer, se dio un partido de ida y vuelta, aunque Gimnasia nunca llegó a sufrir sobresaltos.
Es que el Lobo fue inteligente al defenderse con la pelota y lateralizar el juego ante un inoperante Lanús, que mostró voluntad para alcanzar el empate pero careció de orden y situaciones de riesgo.
En definitiva, la victoria de Gimnasia resultó justa y Lanús, que en el final sufrió las expulsiones de Diego Lagos y Mauricio Romero, comprobó en carne propia que salir indemne del estadio 23 de Agosto hoy en día constituye una misión imposible. (DyN)
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