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domingo,
05 de
febrero de
2006 |
[Nota de tapa] - Se oyen las musas
La máquina de crear conocimiento
Aldo Oliva, el gran poeta de Rosario fallecido hace seis años, dejó numerosos manuscritos y textos inéditos que ahora se encuentran en preparación para un libro. Roberto García, a cargo de la edición, explica en qué consiste esa obra
Osvaldo Aguirre / La Capital
Roberto García preparó y prologó la edición de "Poesía Completa" (Editorial Municipal de Rosario, 2003), el libro que reúne la obra poética de Aldo Oliva. Ahora, junto con Antonio y Angel Oliva, hijos del poeta, trabaja en la edición de un conjunto de textos que permanecieron inéditos. Se trata de ensayos, artículos y apuntes y desgrabaciones de clases, y conferencias pronunciadas en distintos lugares de Rosario.
Según explica García, el material no ha sido aún relevado en su totalidad. Sin embargo, lo que ya se ha ordenado presenta un panorama notablemente rico y variado. Así, se encuentra una secuencia de clases para un seminario sobre Macedonio Fernández (en total 63 páginas, donde Oliva analiza "No toda es vigilia la de los ojos abiertos", "Prosas de mareo" y "Papeles de recienvenido"), otra sobre "Zama", de Antonio Di Benedetto (38 páginas), análisis de diversas obras de Leopoldo Lugones, Jorge Luis Borges, Oliverio Girondo, Andrés Rivera, Julio Cortázar y Horacio Quiroga.
En el campo de la literatura europea, sobre la que Oliva trabajó intensamente como profesor, se encuentran inéditos tres manuscritos sobre Fiodor Dostoevsky (33 páginas), otros tres sobre Henrik Ibsen (33 páginas), una secuencia de clases para un seminario sobre Hermann Broch (16 páginas), dos manuscritos sobre León Tolstoi (33 páginas), análisis de varios poemas de Charles Baudelaire (31 páginas) y Eugenio Montale (7 páginas) y varios manuscritos sobre autores predilectos de Oliva, como los alemanes Heinrich von Kleist y Georg Büchner y el francés Guy de Maupassant, entre otros.
Aldo Oliva nació en Rosario el 27 de enero de 1927 y murió en la misma ciudad el 22 de octubre de 2000. Su primer libro fue "El fusilamiento de Joaquín Penina", sobre el asesinato del militante anarquista en las barrancas del arroyo Saladillo, en 1930. Pero la edición entera, publicada por la editorial de la Biblioteca Constancio C. Vigil, fue secuestrada y quemada por la dictadura militar y recién en 2003 se encontró un ejemplar que sobrevivió a la destrucción.
En 1986 apareció su primer libro de poemas, "César en Dyrrachium". Pese a su precariedad y escasa tirada, la edición significó el punto de partida de un reconocimiento cada vez más amplio y que se consolidó con la edición de "Poesía completa", donde reunió además del primer libro, "De fascinatione" (publicado en México y que apenas circuló en Argentina, 1997), "Ese General Belgrano y otros poemas" (2000) y un conjunto de textos reunidos en "Una Batalla" (2003).
Tan importante como su tarea de poeta fue su desempeño como docente, desde 1984, después de regresar de un breve exilio en España. En la Escuela de Letras de la Universidad Nacional de Rosario, que por otra parte también dirigió, Oliva fue profesor de Literatura Argentina y Literatura Europea. La obra que ahora se prepara surge precisamente de su trabajo en ese ámbito.
-¿Cómo se conforma la obra inédita de Aldo Oliva?
-Hay una gran cantidad de textos que fueron pensados por Aldo como soporte de charlas, clases y cursos, aunque no necesariamente fueran luego actualizados en alguna de esas instancias. Y tampoco fue que esas clases o cursos tuvieran una finalidad académica. Pensamos que en estos textos se puede rastrear el núcleo contradictorio de su programa de suscitación de espacios de deseo hacia la poesía, entendida como una máquina de producción del conocimiento. Entonces, del grueso de los papeles y registros compilados, podemos decir que algunos fueron luego expresados en clases o conferencias más o menos formales; una buena parte, por su extensión y sistematización fueron el soporte de diversos cursos que Aldo dictó a grupos de acción política o intelectual acerca de economía, filosofía y literatura, en los años 70. Si bien no fueron pensados para ser editados, estos textos tuvieron en alta dosis la intencionalidad distributiva de una tradición intelectual. Y como tales, creemos, pueden ser una herramienta de gran utilidad para aquellos que busquen otras vías de acceso a conocimientos sensibles, en principio no vinculados con la consecución de un currículum. Son textos de una fuerte intensidad poética y política.
-¿Cómo fueron preservados esos materiales?
-Estos papeles fueron acopiados en cajas y muebles de su casa, en los alrededores de la sala-biblioteca-comedor donde Aldo solía leer o escribir y sostener su cotidianeidad. La persistencia en retornar hacia aquel ámbito familiar, en contraste con los viajes de Aldo en su vida de maestro rural, militante del Movimiento de Liberación Nacional (Malena) o profesor heterodoxo en cursos autogestionados en la ciudad de Santa Fe por ejemplo, fueron la causa de la conservación de muchos papeles. Aunque una parte se hayan perdido en esas itinerancias, hasta de su viaje a Barcelona volvieron unas páginas con el "esqueleto" o plan de obra de un libro sobre el "Facundo" de Sarmiento, que una editorial de allá le había encargado y Aldo nunca terminó. Después de su muerte comenzamos a encontrarlos, ya que estos papeles, entonces, estaban guardados, no perdidos pero posiblemente olvidados y se hallaban en el estado en que se los había dejado luego de producirlos o utilizarlos. Algunos son "punteos" ordenados de un posible recorrido discursivo que se actualizaría durante la improvisación, pero muchos son "escrituras orales", es decir escritos que luego serían proferidos con total manejo de la elocutio. Entonces, algunos textos son esquemas argumentales y otros son piezas orales escritas y como tales están terminadas en la medida en que el autor las quiso expresar. Como decíamos, no estuvieron pensados estrictamente para ser publicados, pero en la mayoría de los casos trasuntan su voluntad distributiva de saberes. Como reverso de este tipo de escritos, también tenemos compiladas clases o charlas que fueron grabadas por alumnos. En estos casos nos encontramos con el camino inverso, porque desde el registro oral llegamos al texto escrito. En esta zona es necesaria una mayor paciencia en la trascripción, si bien hay que intervenir en la reescritura se trata, más que de una corrección, de una adecuación que eluda algunas repeticiones propias de la circunstancia de una charla sin dañar su carácter oral.
-¿Qué aspectos muestran estos textos de Oliva?
-Los que accedieron a la poesía de Aldo Oliva seguramente encontraron una prosodia rigurosa y elegante, desvíos lexicales, combates sintácticos, junto a una potencia cognitiva emparentada con la argumentación filosófica o política, que propondría la imagen de un autor reconcentrado en su ardua tarea individual. Estos textos inéditos son el reverso de esa posible imagen, ya que proponen una conexión hacia lo abierto y están dirigidos al centro de las relaciones interpersonales. Como tales suscitan un encuentro notoriamente político, en el sentido antiguo, entre los autores aludidos, la historia, las poéticas, el auditorio y el mismo Aldo. Pensar acerca de una poesía o el capítulo de una novela era para Aldo acercarse a un umbral de intensidad desde el cual podríamos aventurarnos a otros caminos. Los "escritos orales" inéditos pensamos que funcionarían más para la composición de esas relaciones afectivas, que para acceder a los saberes instituidos del universo académico: las palabras, los pensamientos, las poéticas se emparentan en estos textos con la voluntad que el cuerpo social necesitaría para trastocarse.
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Fotos
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En Barcelona. Durante la dictadura, que destruyó la edición de uno de sus libros, Aldo Oliva residió en España y proyectó escribir sobre el "Facundo".
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